La costarricense Yokasta Valle, campeona de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo, una vez más cumplió con su palabra y dio un combatazo ante la japonesa Sana Hazuki para retener su título por cuarta ocasión por decisión unánime, la segunda ante la asiática.
Ciudad Quesada, en San Carlos, fue la sede en esta ocasión del combate, en el que la campeona del pueblo demostró todo su corazón y talento ante una fanaticada que no se cansó de alentar en la Cámara de Ganaderos de San Carlos.
Yoka empezó con todo de una, tal como lo había cantado, en esta pelea ya no había estudio ni tanteo que valga, era de una a los manazos, lo que la gente quiere ver cuando la tica se sube al ring.
Todo el tiempo de estudio se quedó en la pelea de enero del año pasado, la estrategia de la tica fue ser muy agresiva y directa ante la nipona para evitar que fuera creciendo en el combate, quien demostró hasta un nivel superior al del combate anterior.
Valle trataba de entrar en el ritmo de un combate de una rival que era muy escurridiza y hasta le cambió la guardia para tratar de confundir a su rival, pero no se fue en la finta.
El grito de Yoka, se encendía en las graderías, lo que era como gasolina para la campeona.
Ya la final del combate, la tica dominaba por completo, metía los mejores golpes ante una Hazuki que se estaba tambaleando en el ring y tiraba golpes más por instinto o convicción que otra cosa.
“Fue una pelea dura, quiero felicitar a Sana, a toda la gente de San Carlos, gracias por el apoyo, los gritos de ustedes me dieron más ánimos para ir por la pelea. Vamos por más, aún”, dijo al final Yoka.
En una cartelera únicamente de mujeres. Naomy Valle, la hermana menor de Yoka, demostró una vez que se abre espacio en el box con apellido y nombre propio y ya tiene hasta apodo “La mujer maravilla”, quien triunfó en el tercer round por nocaut técnico ante la nicaragüense Heidy Fernández.
En la pelea preestelar de la noche, Maricela Cornejo de Estados Unidos derrotó a Simone Aparecida de Brasil.