El exfutbolista Wilson Muñoz le agradece a la vida por haber jugado en clubes como Saprissa y Alajuelense y reconoció, años después de colgar los tacos, que en su corazón guarda un especial cariño hacia el club morado, por formar parte de él en el cierre de su carrera.
Muñoz, de 50 años sorprendió hace unos días, al anunciarse que es el entrenador de la categoría sub-21 del Municipal Liberia y desde su casa, en Nicoya compartió cómo ha sido su vida fuera de las canchas. El exmediocampista se retiró en el 2008, cuando defendía los colores de Liberia Mía.
“En aquel momento, cuando me retiré me trasladé a Nicoya, con mi esposa Hazel y desde entonces he estado en algunos proyectos como Juegos Nacionales, en una ocasión estuve en una filial de Saprissa y hace poco estuve en un proyecto con la Fedefútbol en Liberia.
“A Saprissa y Alajuelense le guardo un gran cariño, pero me declaro más afín a Saprissa, quizás porque fue el último equipo en el que estuve y eso lo recuerda la gente, además que cuando me reconocen y me ven les dice que les gustaba mi estilo de juego”, afirmó.
Lo que le apasiona
A Wilson la formación de las nuevas generaciones le encanta y se siente como pato en el agua con su nuevo trabajo.
“Trabajar en lo que a uno le gusta es gratificante, me gusta trabajar con jóvenes y me encontré un grupo muy sano, son buenos muchachos. Uno sabe que en la actualidad hay jóvenes rebeldes, pero acá tengo jugadores nobles y con grandes cualidades en la parte deportiva.
“Wálter Chevez se comunicó conmigo, fue quien me hizo la propuesta y no dudé en aceptar, porque sé que Liberia hace un buen trabajo con sus ligas menores”, dijo.
El exjugador llegó a Liberia por el presente torneo y su principal reto es potenciar a sus jugadores para el primer equipo pampero.
“Mi objetivo es tratar de producir, por llamarlo de alguna manera, a los mejores jugadores para el primer equipo y si lo logro sería muy gratificante, porque esa es la meta.
“Me gusta transmitir parte de lo que experimenté cuando fui jugador y me gusta que los equipos en el que estoy desarrolle un fútbol elaborado y sobre todo para divertirse, que además que se vea bonito, que se vea efectivo”, aseguró.
Todo un personaje
A Wilson le gusta la vida tranquila y por eso cuando se retiró quiso salir del bullicio de la ciudad y se escapó a Guanacaste, una provincia en donde vive muy feliz. No ocultó que de vez en cuando, lo reconocen en la calle y se siente bien, al escuchar lo que dicen los aficionados.
“No le voy a decir que soy famosísimo, pero de vez en cuando me reconocen y me agrada conversar con la gente, saber lo que dicen y agradezco cuando dicen que les gustaba verme en la cancha“, manifestó.
El exjugador hizo un análisis del equipo de sus amores y reconoce que Saprissa tiene oportunidades para mejorar.
“Me parece que difícil mantener un rendimiento constante por tantos años, es normal que el equipo esté en un período de reacomodo, y además ha tenido mucha inestabilidad en su equipo estelar por el tema de lesiones y expulsiones y eso afecta para que se vea mejor.
“Hay jugadores experimentados que marcan la pauta, pero me llama la atención el trabajo que hace Samir Taylor, es un muchacho joven, con grandes cualidades”, expresó.
El momento más incómodo
Muñoz es recordado por uno de los momentos más emblemáticos del campeonato tico. El insólito hecho ocurrió el 18 de enero del 2004, en el estadio Saprissa y en esa oportunidad, antes de un partido contra Liberia recibió una petición inusual.
La modelo Viviana Angulo llegó al estuche, como presentadora del programa “Caliente caliente”, que se transmitía por canal 42 y cuando Muñoz atendía a los medios, previo al arranque del partido, la rubia le pidió que le diera un autógrafo. Wilson accedió, pero jamás se imaginó que la modelo le pediría que le firmara su trasero.
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“Fue un momento muy extraño, porque jamás me esperaba algo así. Uno medio conocía a los periodistas deportivos, pero a ella no la había visto y cuando se bajó el pantalón no entendía qué le pasaba, todo fue muy rápido.
“Recuerdo que al inicio pidió unas palabras para el programa, pero no sabía qué decir, después me pidió el autógrafo y cuando acepté le dio el micrófono a otra persona y se bajó el pantalón. Gracias a Dios tomé la decisión correcta y no acepté“, dijo entre risas.
En ese entonces Wilson ya estaba casado y contó que su esposa no se dio cuenta de lo ocurrido, pero el gesto de la modelo no fue bien visto por esposas de otros jugadores.
“En ese entonces, las esposas de los jugadores iban a un palco y ellas estaban muy enojadas y le iban a reclamar a la modelo por lo que hizo, pero no pasó a más”, declaró.