Wílmer “Pato” López, exvolante de Alajuelense y de la Sele, está vendiendo ceviches para enfrentar la crisis económica que, como miles más, ha sufrido por el COVID-19.
López dice que “Ceviche Balik” es un negocio familiar en el que todos aportan. Él le pone bonito con la picada de olores, empaque de pedidos y las entregas exprés.
El ‘Pato’ vive en Carrizal de Alajuela y los vecinos también llegan a la casa y compran el ceviche para llevar, a los que les queda complicado se lo llevan.
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Dice que los dos ceviches titulares son el de pescado y el de mango, pero tiene algunos que a veces entran a jugar, como si fueran suplentes, para sorprender a los clientes con algo diferente, por ejemplo, el de piña, el de sandía o el famoso peruano.
- ¿Cómo le va con la venta de ceviches?
Me está yendo bien, es un negocio a nivel familiar, ya tenemos dos meses de estar con lo del ceviche. Lo hacemos viernes, sábados y domingos. Si aparece un pedido bonito, como ha sucedido un par de veces que una empresa pide, se hace más días.
- ¿De qué son los ceviches?
De pescado y de mango, por semana se varía con algo diferente, como chucheca. Esta semana tenemos de piña y sandía, y mixtos. Los titulares son de mango y pescado.
- ¿Quién los hace?
Mi esposa, pero es algo familiar, todos nos cuadramos a hacer algo. Todo es aseado, se tiene el curso de manipulación de alimentos y todas las precauciones para trabajar.
Usamos guantes, la malla de la cabeza, todas las cosas que se deben tener para asegurarle a la gente un producto fresco y con todas la limpiezas habidas y por haber. A la gente le ha gustado por el sabor, porque vuelven a pedir. Uno agradece.
- ¿Qué es eso de ceviche de piña y sandía? ¿De dónde lo sacó?
La magia y el toque es de mi esposa, ella tiene el secreto, el ingrediente de más. Lo principal es que a la gente le ha gustado el sabor, lo principal es que les gusta.
- El de mango es muy alajuelense...
Correcto, aquí es muy conocido, se mueve bonito, lo que uno lamenta es que el mango es de temporada, pero mientras haya se sigue haciendo.
- ¿La difícil situación económica lo movió a vender ceviches?
Claro, en el caso mío, a nivel familiar la situación se complicó. Lo que tengo yo es en la Liga, pero desde hace cuatro meses estoy al 50 por ciento.
Eso crea ciertas dificultades económicas y uno debe, como dicen, reinventarse y buscar ingresos de una u otra forma, todo bajo la ley.
Parte de esto es vender ceviche, es un trabajo lindo, que genera, pero es fuerte, la picada de una cosa, la manipulación del pescado, de las tablas de picar. Hay gente alérgica a la cebolla y nos pide ceviche sin cebolla o tenemos que picarla en otra tabla. O no se puede ir un camarón porque hay es alérgico. Son cuidados que tomamos para que el cliente se sienta satisfecho y vuelva a pedir.
- ¿Usted le hace a la picada?
Sí pico, pero que quede tan finito no es lo de uno, uno es más chambón. Uno ayuda, estoy más metido en el empaque de pedidos, meter las cucharas, que vaya bien, que esté aseado, poner los acompañamientos, que las salsas estén acomodadas, las tortillitas bien empacadas.
- ¿Dónde hace las compras?
En Cenada las verduras. A un amigo distribuidor le compramos las cajas de pescado. Lo que son mangos en verdulerías de Alajuela; en la del famoso Cañón (González), que la tiene ahora Orlando ‘Cañoncillo’, nos hacen buen precio, es gran amigo y nos trata bien. Uno busca generar recursos, pero también ayudar a conocidos, como al que vende pescado.
- ¿De qué pescado es el ceviche?
De todo, hay momentos en que un tipo de pescado está a un precio y la otra semana vale 1.000 0 1.500 colones más caro. Uso marlin blanco, marlin rosado, tilapia. Bolillo (tiburón) no compro. Algunos sueltan un sabor a bacalao, esos tampoco.