Wendy Acosta anunció el pasado 10 de junio que colgaba los tacos, luego de una exitosa carrera en Tiquicia y fuera de nuestras fronteras.
La ahora exfutbolista contó que la decisión de retirarse se dio porque quiere crecer como profesional y ya no daba más con las extensas jornadas, entre trabajo, estudio y fútbol.
“En este momento mi decisión se basa en temas profesionales, soy maestra y quiero dedicarme al desarrollo profesional, tengo muchas responsabilidades en el trabajo y la decisión viene por ahí, de que siento un poco el cansancio de las madrugadas”, añadió la exjugadora del Herediano.
Acosta tiene 31 años, o sea, pudo haber seguido jugando fútbol un poco más, pero para lograrlo debía mantener una rutina que sus compañeros del equipo masculino no entendían cómo lograba.
“Nosotras nos llevamos bien con los jugadores del equipo masculino y cuando les contamos todo lo que hacemos en el día nos preguntan cómo hacemos, porque ellos después de los entrenamientos lo que más desean es dormir. En mi caso, por mi trabajo, debo permanecer muchas horas de pie.
“Tenía más de siete años de levantarme a las 4 a.m., vivo en Curridabat y tenía que ir hasta Heredia, entrenaba y me iba al colegio Lincoln, donde doy clases de educación física. De ahí salgo a eso de las 4 p.m. y ahora estoy estudiando, entonces llevo clases hasta las 9 p.m. y luego toca hacer tareas, hacer la cosas de la casa, vivo sola, entonces es mucho trabajo”, contó.
Colmilluda
Wendy sumó minutos con Moravia, Granadilla Tenerife español, Virginia Commonwealth University de Estados Unidos y Herediano. Es una persona agradecida, pues al fútbol le debe su carrera profesional.
“Al fútbol le debo todo, tengo que agradecerle lo que soy y lo que fui, cuando a nosotras no nos pagaban, jugábamos por amor. Aproveché las becas en la UCR, en la UACA y cuando estuve en Estados Unidos saqué un técnico en gestión deportiva. He aprovechado becas del Comité Olímpico y hasta ahora pago mi maestría en administración educativa.
“Gracias al fútbol pude sacar una carrera y tengo un trabajo estable, desde hace seis años soy profesora de educación física en el colegio Lincoln, doy clases a chicos de sétimo y octavo año.
“La pandemia me puso a reflexionar, corremos tanto que a veces es bueno hacer una pausa. Sé que hay muchas chicas con talento y también decidí retirarme porque me parece válido darles el espacio, para que ellas tengan la oportunidad de disfrutar los cambios que se están dando en el fútbol. No quería irme, pero el tema de las lesiones me hicieron ver que el cuerpo resentía el peso del trabajo”, comentó Wendy, quien está de vacaciones.
Uno de los recuerdos más gratos que tiene la exdefensora fue la participación en el Mundial femenino de Canadá, en el 2015.
“Sin duda alguna, uno de los mejores momentos de mi carrera fue la clasificación al Mundial, fue una de las experiencias más bonitas que me llevo. Por ser la primera vez que avanzamos a un Mundial mayor y por toda la experiencia, fue muy enriquecedora”, añadió.
Eso sí, le hubiera gustado retirarse con un nuevo título con el Herediano, pero no se queja, el fútbol ha sido bueno con ella.
“Creo que me fui en un momento bonito, en donde el fútbol está creciendo, pero hay que darle oportunidad a otras jugadoras para que vivan el crecimiento del fútbol femenino.
“Creo que para el país, el reto es lograr la profesionalidad, porque aunque no se vea como tal, nosotras trabajamos y, además, tenemos que cuidar nuestro cuerpo, procurar estar en buenas condiciones para rendir dentro de la cancha y muchas debemos trabajar y estudiar. Si el fútbol acá fuera profesional, sería todo más fácil para las jugadoras”, manifestó.
Con metas claras
La sicóloga María Ester Flores manifestó que el hecho de que Wendy haya podido dedicarse a tantas cosas a la vez no es casualidad.
“Biológicamente, las mujeres estamos capacitadas para la supervivencia, tenemos incluido ese chip de protección (para las que son mamás). A nivel cultural, los hombres están preparados para desarrollar una actividad, hacerla bien y luego seguir con otra.
“Las mujeres se proponen una meta y son capaces de llevarla a cabo, además, en el caso de las futbolistas, ellas necesitan su trabajo y tienen sus prioridades muy claras. El muchacho, en algunos casos puede llegar a casa y ahí le tendrán las cosas listas, en cambio, las mujeres llegan de entrenar y deben dedicarse a sus trabajos y estudios”, relató.
Para Flores, el caso de Wendy habla de su personalidad.
“Ella tiene una personalidad, un chip que le permite dedicarse a tanto, tiene una capacidad de resiliencia y de llegar a sus sueños porque es muy determinada, tiene claras sus metas, una fuerza individual”, dijo.