Wálter Centeno se coronó. El Rey Paté convirtió el Estadio Nacional Tiburcio Carías de Honduras en su castillo tras coronarse este martes campeón de la Liga Concacaf 2019 tras empatar cero por cero en el juego de vuelta ante Motagua.
Bastó y sobró el uno por cero que consiguió el Monstruo en la Cueva para levantar el título y romper una racha de 14 años sin conquistar ninguna copa internacional, la última vez fue cuando ganó la Liga de Campeones de la Concacaf en el 2005 y que lo llevó al Mundial de Clubes de aquel año en Japón.
Centeno abrió su historial ganador con la S. Menos de un año necesitó (fue anunciado técnico morado el 3 de febrero de este año) para levantar su primer campeonato como director técnico del equipo de sus amores. Pudo haber sido antes, pero perdió la final del Clausura 2019 ante San Carlos.
El cuadro tibaseño además se dejó al goleador y subgoleador del torneo. Johan Venegas acumuló siete pepinos y Manfred Ugalde comparte la segunda posición con el colombiano del Alianza de El Salvador, Raúl Peñaranda, pues anotaron en cuatro ocasiones durante el certamen.
Los morados también se echaron una platica a la bolsa, porque al campeón la Concacaf le depositará alrededor de ¢73 millones; en este caso a las Águilas Azules les echarán ¢44 melones para que les sirvan de consolación.
Un año más tendrá el cuadro hondureño que vivir con el dolor de haber perdido otra final ante un equipo costarricense. Ya en el 2018 Herediano se había traído la Copa para Tiquicia de ese mismo estadio.
Bien jugado por el Monstruo
Cuando arrancó el partido todo estaba con calma para el cuadro tico. Había un ambientazo en el estadio nacional catracho y todos bien portados. Quizá ayudó que 500 metros a la redonda del estuche el gobierno hondureño aplicó la ley seca.
Al minuto 4, Motagua pisó el área saprissista, pero Aarón Cruz estaba muy bien parado y la bola no llevaba fuerza.
Dos minutos más tarde, los pupilos de Paté se hicieron sentir. Randall Leal mandó un centro que llevaba veneno, y por centímetros no llegó a cerrar la jugada Christian Bolaños, un defensor apenas rozó el balón para desviar la trayectoria y mandarla al tiro de esquina.
Se dejó ver la confianza del Sapri, cuando Marvin Angulo (9′) se tuvo fe y cobró un tiro de esquina, por poco clava un pepino olímpico, pero la pegó en el palo cuando ya estaba vencido el portero, Jonathan Rougier.
Cuando el reloj marcaba el minuto 18, casi se les para el corazón a los morados, porque Kevin López se escapó solo desde la media cancha, pero en vez de liquidar decidió pasársela a Marcelo Estigarribia, quien no pudo definir porque Alexánder Robinson se le fue encima.
Era un claro penal, pero para suerte, el central, César Ramos de México, pitó que antes hubo fuera de juego.
Después de la media hora de juego, Bolaños y Leal se agrandaron, pero cuando tocaba definir no encontraron el hueco que necesitaban.
Bolaños tuvo un par, pero su remate final le salió sin fuerza.
Al 36, Randall la intentó de media distancia de derecha, pero a Rougier con cada tapada se le infló el ego y cada vez costaba más clavarle un golcito.
Esa suerte del portero local, contrastaba con la de los atacantes del Sapri, porque al 40, la bola se paseó dentro del área chica y ningún morado pudo pegarla para meterla.
Todo o nada
Como era de esperarse, cuando el árbitro pitó el inició de la segunda parte, Motagua se fue con todo sobre la S porque necesitaba por lo menos un gol para empatar la serie y extender la final a los tiempos extra o ¿por qué no? los penales.
Los primeros quince minutos fue de sacar agua del bote para Saprissa. Le llegaban por todo lado, y de donde podían tiraban balones al área que defendía Aarón.
Paté tuvo que empezar a mover las fichas. Al 63 sacó a Manfred y mandó a David Ramírez al terreno de juego.
Por dicha todos los saprissistas estaban bien metidos en la mejenga, porque al 68 Juan Montes en un tiro de esquina cabeceó solo, pero Aarón voló y la tiró por encima de su marco.
Pero la "S" tuvo para liquidar al 70. Gran pase de Leal para Bola, que sacó un centro como con la mano para Ramírez que cabeceó picado con tan mala suerte que sacudió el marco porque la reventó en el palo.
También había que reforzar la parte trasera porque estaba ardiendo Troya. Centeno metió a Jean Carlo Aguero y sacó a Marvin Angulo.
La acción que más cólera le tuvo que dar al saprissismo fue la jugada del 80. Era la oportunidad de echarse de una vez por todas el título, pero el Cachetón no tuvo la serenidad para definir cuando estaba solo frente al marco.
El último cambio para cerrar la mejenga fue Mariano Torres, que tomó el lugar de Michael Barrantes.
Había que aguantar a un equipo catracho que se iba a jugar la vida.
Y es que se salvó Saprissa porque al 86, parecía que los catrachos anotaban de cabeza, pero el árbitro mexicano anuló el gol por posición adelantada. Se la jugó el central porque el fuera de lugar se dio por milímetros, demasiada ajustada.
Venegas tuvo otra al 90 para parar el sufrimiento morado, pero su derechazo se fue demasiado cruzado.
Se repusieron cuatro minutos y estos fueron eternos para los morados, pero aguantaron y empezó la celebración. “Monstruo Campeón”.