Wálter Centeno no se anduvo por las ramas ni esperó al viernes para atender a la prensa.
Este jueves, un día antes de lo acostumbrado, habló con los periodistas sobre el clásico del domingo, a las 4:30 p.m., en Tibás.
Paté y sus jugadores ven la mejenga contra la Liga como una revancha por la derrota ante los manudos en la Cueva el domingo 6 de octubre, cuando el Monstruo cayó nada menos que 5 a 2.
Aparte de ser un triunfo histórico, porque los rojinegros nunca había hecho tantos goles en Tibás, se dio el mismo día en el que Centeno cumplía 45 años.
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–Está a las puertas de su quinto clásico, ¿qué balance hace y cuál es la sensación ante un partido contra Alajuelense?
–Importante, son cinco, he tenido triunfos y derrotas, he aprendido mucho de estos partidos y así como fueron importantes como jugador, ahora como técnico tienen un valor sumamente importante a nivel personal y de la institución, soy consciente de la responsabilidad con la afición.
En el partido anterior perdimos de una forma muy fea (el 5-2) y ahora tenemos una revancha. El fútbol es eso, revanchas, y vamos a jugar ante un gran equipo, que viene golpeado por lo del campeonato anterior (haber perdido la final contra el Team en los últimos minutos), así que para nosotros el partido no es nada fácil
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–Sobre ese último clásico, ¿el grupo lo ve como una revancha deportiva?
–Siempre tenemos que ver las cosas desde ese punto porque el fútbol te da sorpresas. Entonces hay que estar atento a todas esas cosas porque podés ganar o perder, hay que mantenerse con mucha calma y tratar de guardar todas las energías para los partidos de revancha.
Los clásicos son partidos muy parejos, a veces el favorito no gana, entonces hay que estar atento a todos esos detalles para que no pase una sorpresa como esa (de octubre pasado).
Si queremos alcanzar el logro que todos quieren (ser campeones), tenemos que seguir en la punta, creciendo como equipo, tanto a nivel individual como colectivo. Si queremos seguir en la punta, debemos ganar.
–¿Cómo ha hecho para que Saprissa sea un equipo menos emocional?
–Se debe a que tenemos un estilo de juego, confiamos plenamente en lo que trabajamos.
Siempre he dicho que cuando el fútbol es emocional dura poco, entonces hay que usar la cabeza, la calma. Nosotros tenemos un tipo de fútbol que es de mucha calma, no nos podemos meter a jugar un juego que no practicamos.
Sí nos podemos adaptar en ciertos momentos, pero no siempre, creo que hemos ido madurando en ese aspecto.
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–¿El último clásico lo marcó para bien o para mal?
–Fue un golpe muy duro, un golpe que nadie esperaba, pero se presentó y la vida, creo, está más llena de fracasos, de pruebas.
Cuando uno anda en búsqueda de algo diferente siempre tiene estas cosas. Y no solo me pasó en Saprissa, también me pasó en Grecia, cuando todo el mundo dijo que iba a salir goleado; son tabúes que la gente va metiéndole, pero yo no creo en eso, creo plenamente en Dios y confío en mi trabajo y en mis jugadores. Eso me queda de experiencia para seguir creyendo y perseverando porque nada es fácil.
Las cosas tienen que costar para que en algún momento lleguemos a alcanzar lo planeado, ese fue un partido que nos marcó a todos y tenemos que aprender de eso.
Soy de las personas que se hace fuerte en esos momentos.