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Aquel 22 de abril, en la primera fecha de la cuadrangular final, Vladimir Quesada supo que su equipo sería campeón cuando contra todos los pronósticos emparejaron un 3-0 ante Alajuelense, en el propio Morera Soto, en solo 15 minutos.
Lo que en un inicio parecía el tempranero entierro del Monstruo, acabó siendo un golpe motivacional fuertísimo y el punto que le permitió ganar la cuadrangular final y clasificar a la final del Torneo de Clausura ante el Herediano.
"El primer partido de la cuadrangular después de ir perdiendo 3-0, los muchachos emparejaron el marcador y casi remontan, eso nos dijo que este equipo iba a ser campeón, nos mostró para qué estábamos y el carácter que teníamos", indicó Vladimir Quesada, entrenador del Saprissa.
Aunque muchas veces durante el torneo a Vladi se le renegó como el entrenador, por no tener ni siquiera la licencia que lo acreditaba como tal de manera oficial, al final Quesada demostró que algunas veces importa más el trabajo que un cartón o una licencia.
"Yo estoy feliz, nunca escuché críticas ni nada de eso, estoy tranquilo con el trabajo que hemos hecho, he visto trabajar día a día a los jugadores y teníamos la confianza de lo que hacíamos, siempre estuvimos por buen camino. Este equipo nunca salió de los cuatro primeros de la clasificación, todo se debió al buen trabajo", comentó.
En los momentos de más tensión, el dúo de Quesada y Víctor Cordero demostró capacidad para leer los partidos y realizar las variantes en los momentos correctos.
En táctica y estrategia, el entrenador morado demostró el jugo que le sacó a la experiencia de trabajar al lado de técnicos como Carlos Watson, la ausencia de su licencia como entrenador nunca lo limitó en la cancha.
"Yo no sé lo que esperaban los otros de mí, pero yo como saprissista esperaba ser campeón, para nosotros ha sido fácil, porque tenemos una gran plantilla de calidad humana y grandes profesionales. Hoy fue la cereza en el pastel y con un jugador menos eso es de enorme valía", comentó.
Tranquilidad morada.
Esa tranquilidad la demostró el banquillo morado a los 28 minutos con la expulsión de Heiner Mora, cuando supo replantear el juego.
"Tratamos de mantenernos ecuánimes, acá uno recuerda consejos de Enrique Rivers,don Carlos Watson, mantenerme tranquilo, no ser tan emocional como otros compañeros para poder leer la situación y saber qué hacer, mientras no perdiéramos el orden táctico estábamos bien", consideró Vladi.
El técnico contó cómo vivió los momentos del último penal de la tanda que le dio el título y a quién salió a buscar cuando quedaron campeones.
"Son sentimientos muy especiales, yo tomé mi saco antes del último penal, porque sabía que iban a fallar (los heredianos) el penal y quería salir rápido, corrí hacia donde Heiner (Mora) para darle confianza por la situación que pasó, somos seres humanos nos equivocamos, le queríamos dar una satisfacción, tanto a él como a los que no pudieron estar", destacó.
Sobre su futuro, Quesada fue contundente es un empleado del club y estará donde Saprissa lo necesite, más allá de cuál sea el puesto.
"Yo voy a continuar en el equipo, porque soy empleado de esta gran institución, lo que decidan voy a aceptarlo, lo he dicho, ante todo soy saprissista, me pongo en cualquier posición, agradezco el respaldo de Dios que es quien nos ha sostenido", indicó.
En resumidas cuentas, en los papeles al estadígrafo le dieron los números y en la práctica se coronó como el técnico campeón nacional, en quien pesaron más sus buenos resultados que los requisitos que algunos le exigieron.
