La Asociación Nicaragüense de Clubes de Futbol (ANCF) decidió mantener el campeonato de su primera división, pero pese a que cerró las puertas de los estadios para evitar contagios por causa del coronavirus, los fiebres se la juegan y siguen apelotándose sobre camiones, tapias y cerros.
Los estadios de la Liga Primera nica son muy similares a los de Jicaral - Sercoba, el Allen Riggioni de Grecia y el Juan Gobán de Limón, por lo que no tienen que hacerle mucha mente para tirarse las mejengas desde el techo de una casa o hasta encaramados en un árbol.
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Los vecinos del norte jugaron la fecha doce del torneo de Clausura este fin de semana por primera vez sin público, al menos dentro de las instalaciones deportivas, ya que montones de fiebre estaban alrededor de los estadios para no perderse detalles.
Las imágenes más impresionantes se presentaron en los duelos entre Real Madriz y Deportivo Ocotal en el estadio Solidaridad Augusto César Mendoza Arauz de Somoto; y en la mejenga entre el Jalapa y Juventus en el estadio Alejandro Ramos Turcios.
En el continente americano Nicaragua es el único país que tiene su liga de primera división activa; y en el planeta la única que le hace el pique es Bielorrusia.
“Es algo muy desacertado de parte de la Liga hacer este tipo de cosas, porque va en contra de toda recomendación médica a nivel mundial, me da mucho pesar por los jugadores y entiendo que muchos de ellos no quieren jugar, pero lo siguen haciendo porque no quieren perder su trabajo, su fuente de ingreso. Aquí se está exponiendo a la gente.
“Es lamentable, un mal precedente para el fútbol de Nicaragua. Acá los medios independientes son limitados, solo hay periodico un impreso y otro digital, ya que los otros tuvieron que cerrar, entonces algunos cubren en línea o siguiendo las trasmisiones de radio o televisión. Yo estoy trabajando desde mi casa”, contó el periodista del diario La Prensa, Óscar González.
El Ministerio de Salud (Minsa), de Nicaragua, informó el jueves pasado, en horas de la noche, sobre la primera muerte a consecuencia del COVID-19, mientras que el gobierno de Daniel Ortega es fuertemente criticado por la forma en que maneja todo lo relacionado al mortal virus.
Ortega y su gobierno, no han dejado de invitar a los turistas para que lo visiten y, además, convoca a su gente a disfrutar la Semana Santa como si nada grave estuviera pasando.
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El futbolista costarricense Sebastián Barquero jugaba con el Diriangén, pues en enero había llegado a un acuerdo para que el Saprissa lo prestara a ese equipo, pero debido a la situación del coronavirus logró salir de suelo nica gracias a la ayuda del Monstruo y de su gerente deportivo, Víctor Cordero.
Lo más curioso es que solamente el equipo Cacique Diriangén FC es el único que se ha opuesto a que se mantenga el torneo y que lucha por que se frene toda actividad futbolística.
“Nuestra institución sigue firme en su posición de suspender el campeonato hasta que haya condiciones seguras para reanudarlo”, indicaron en un comunicado de prensa los dirigentes del Cacique desde el pasado sábado 21 de marzo.
“Es una irresponsabilidad de parte de la Liga. Si no les importan sus jugadores, menos le va a importar la afición. En Europa ya habíamos visto ejemplos de que jugar a puerta cerrada no garantizaba la no aglomeración de personas.
“Lo triste es que en muchos casos han sido empleados de las alcaldías, funcionarios de Gobierno y hasta comunicadores oficialistas, quienes instan a las personas a ir a los estadios”, destacó el periodista Camilo Mejía, del sitio Fútbol Nica.
Uno de los ejemplos que habla Mejía ocurrió cuando el París Saint Germain de Keylor Navas, clasificó a cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa a puerta cerrada contra el Borussia Dortmund, ya que en las afueras del Parque de Los Príncipes había miles de personas reunidas.
Sin duda, para Nicaragua el coronavirus no merece mucha atención y prefieren seguir viendo fútbol a pesar de que la muerte los aceche en cada mejenga.