Los policías de Bound Brook en el estado de Nueva Jersey tuvieron un lindo gesto con un niño costarricense que celebró su cumpleaños número doce el pasado 14 de abril.
Este pequeño se llama Christopher Madrigal, él nació en Estados Unidos, pero es más tico que el gallo pinto y además es un verdadero fiebre al Club Sport Cartaginés.
Sus papás, Jose y Nahomy, dejaron Tiquicia en busca del sueño americano. En La Teja hablamos con Christopher, quien celebró su cumple con la camisa del equipo de la Vieja Metrópoli y hasta se puso a llorar al recordar cuando Rándall “el Chiqui” Brenes se retiró del fútbol.
Gracias a la amistad que tienen Jose y Nahomy con los policías fue posibile que ellos encendieran las sirenas justo cuando pasaban al frente de su casa para festejar una nueva vuelta al sol.
Cuando llamamos a Cristopher estaba recibiendo clases virtuales y a como pudo se zafó un toquecito para atendernos porque son en vivo y la maestra puede ver qué hace cada alumno.
Su papá reconoció que su hijo es hasta más fiebre que muchos cartagos de Costa Rica, ya que va a la escuela con chemas del equipo brumoso y hasta dice que su lugar de nacimiento fue el estadio Fello Meza.
- ¿Cómo pasó su cumpleaños?
Bien, muchos me saludaron, algunos me felicitaron desde los carros porque no se podían bajar. Me cantaron cumpleaños y la pasé muy feliz.
- ¿Vimos que usted lo celebró con una camisa del Cartaginés?
Sí, así he celebrado muchos. Tengo varias camisas, banderas, gorras y bufandas de Cartago. También tengo otras camisas en cuadros que me ha firmado varios jugadores.
- ¿Cómo fue que se hizo aficionado a Cartago?
Siempre veía a mi papá con camisas de Cartago y así me hice aficionado.
Otros equipos |
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Christopher también es aficionado al Real Madrid, París Saint Germain, Borussia Dortmund y LA Galaxy. |
- Dice su papá que usted va a la escuela con camisas de Cartago...
Sí y también voy con bufandas y gorras.
- ¿Sus compañeros en la escuela le preguntan por el equipo?
Sí, unos dicen que solo conocen a Saprissa o la Liga y luego me preguntan de dónde salió ese equipo porque no lo conocen, pero muchos ya saben.
- ¿Cuál es el jugador que más admira del equipo?
Siempre el “Chiqui” Brenes porque es muy bueno, cuando se retiró lloré mucho.
- ¿Por qué lloró?
Porque era muy bueno (respira, llora y continúa), pero sigue siendo mi jugador preferido.
- ¿Ya lo conoció?
Sí, en el partido de despedida que le hicieron (en el 2018) nosotros fuimos a Costa Rica y ahí lo conocí, me sentí muy emocionado porque lo pude ver.
- ¿Ahora a cuál jugador del Cartaginés sigue?
Me gusta mucho como juega Christopher Núñez, es muy rápido y bueno.
- ¿En dónde ven los partidos?
(Contesta el papá) Los vemos en un restaurante de unos amigos que están aquí, ahí nos ponían los partidos y ahí los veíamos junto con mi otro hijo que se llama James. Yo tengo otras dos hijas que también le van a Cartago, pero no son tan fiebres como Christopher.
- Nos queda claro que es usted es bastante fiebre ¿si le dieran un cheque en blanco para que cambie de equipo lo aceptaría?
No lo aceptaría porque aunque el equipo no quede campeón, eso a mí no me importa porque lo que yo siento es amor por el equipo.
- Si Cartago llega a la final ¿vendrían al país?
Mi papá dice que sí, para mí sería un sueño hecho realidad estar ahí viendo al equipo en una final.
- ¿Qué piensa de esa maldición del equipo que no lo deja ser campeón?
Yo pienso que no es una maldición, mi papá dice que es mala suerte, lo que yo espero es que el equipo sea campeón y si no es así, seguiré con este amor.
Llegó por una moto y se quedó viviendo
Jose Madrigal, el papá de Chistopher, partió en 1989 a Estados Unidos con el único fin de comprarse una moto, la cual debía traerse a Costa Rica en barco.
Este oriundo de Sarchí Norte, en Alajuela, cuenta que para sacar la visa y comprar los boletos de avión, tuvo que vender las poquitas cosas que tenía, pues las ganancias que le daba trabajo en una mueblería no le daba para cubrir los gastos.
Lo que este aficionado brumoso no sabía era que la vida le tenía otros planes, pues ya lleva casi 31 años viviendo en suelo norteamericano. Actualmente se dedica a pintar casas, apartamentos y edificios.
Ahí se quedó viviendo, tiene cuatro hijos, dos mujeres y dos hombres, quienes nacieron en el país de las barras y las estrellas.
“Cuando me vine para Estados Unidos lo hice con una maleta en la que venía una mudada. Me vine con un señor y trabajaba en lo que apareciera”, añadió.
Este costarricense no ha perdido sus raíces a pesar de llevar más de la mitad de su vida en las tierras del Tío Sam, él sigue tomándose su buen yodito, de vez en cuando dice mae o diay y le encanta ver partidos de la Sele y del Club Sport Cartaginés.
En Nueva Jersey ha conocido a otros ticos que llegaron en busca de una mejor vida, incluso, el condado donde reside, asegura que es en el que más costarricenses habitan.
No oculta que el encierro le ha afectado, pues ya no tiene el mismo contacto con sus amigos.
“Me duele mucho, pero es necesario estar apartado, ahora las amistades nos reunimos por videollamada. Aquí hay muchos ticos así que es mejor que cada uno esté en su casa”, mencionó.
Jose espera que todo se solucione lo antes posible y que el fútbol nacional se reanude cuando las autoridades de Salud así lo dispongan para volver a ver al equipo de sus amores.