(VIDEO) Mundial le armó una bronca sentimental al cónsul serbio en Tiquicia

El esperado 17 de junio, la mayoría de ticos madrugarán (6 a. m.) para cruzar los dedos y esperar el triunfo de la Sele en su debut en el Mundial ante Serbia.

A menos de dos meses para que inicie la fiesta del fútbol, en La Teja contactamos al cónsul honorario de Serbia para que nos cuente cómo vive este momento y conocer un poco de su país. Algo similar haremos con los embajadores de Brasil y Suiza, los otros dos rivales de la Tricolor en la fase de grupos.

Hoy les traemos la entrevista con don Stanko Trifunovic, quien tiene una historia muy particular porque nació en Serbia (1953), se fue a vivir a Suiza, país de donde hizo maletas para llegar al nuestro hace 23 años, así que conoce muy bien y quiere montones a tres de los cuatro países que integran el grupo E, por lo que su corazón sufre montones al decidir su apoyo a un país.

Él es cónsul honorario de Serbia desde el 2010, así que no recibe platica ni tiene una secretaria que le maneje sus citas.

Entre sus funciones como cónsul ha tenido que servir de traductor a una ciudadana serbia detenida por tráfico de drogas o ayudarle a los miembros de una familia a la que le robaron sus pasaportes.

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–¿Por qué decidió venir a Costa Rica?

–Quería un cambio, ya que Europa empezó a transformarse drásticamente. Además, en los noventas empezó la guerra en Yugoslavia, perdí muchos amigos y eso me afectó mucho.

Estaba en Suiza, país donde vivía desde 1978, incluso tenía la nacionalidad suiza y mi negocio, pero la guerra me afectó mucho y empecé a buscar (para dónde irse).

–¿Cómo supo de Costa Rica?

–Buscaba una zona donde el clima fuera agradable y de repente, en un periódico suizo, me encontré (una información de) con una información sobre una charla de turismo que se impartiría y que decía: "Costa Rica, la Suiza centroamericana" y me dije: "muy bien", voy a ir a ver qué es.

Asistí a la charla (en suelo helvético), había un guía turístico con camisa hawaiana, pantalón rojo y hablaba de lo bonito de vivir allá (en Costa Rica) y decidí que iba a ir.

Vine aquí cuando eran las elecciones que ganó (José María) Figueres, en 1994, y me encantó todo el proceso electoral, la amistad, ver a gente de diferentes partidos dándose besos, viajando cada uno en su carro con banderas de partidos diferentes; son cosas que en Europa no se pueden ver.

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Me gustó eso, lo amigable que es la gente, porque me devolvió a Yugoslavia antes de la guerra, cuando yo era un joven de 20 años.

–¿Cuando llegó aquí empezó a trabajar como cónsul?

–No, yo vine aquí con mi familia, tres hijos y cinco maletas, sin conocer nada ni a nadie, sin hablar el idioma. Me puse en contacto con la colonia suiza y el colegio alemán Humboldt.

Recuerdo que llegamos un miércoles 15 de setiembre de 1995 y que al lunes siguiente ya mis hijos empezaron a ir a la escuela.

¿Cómo llega a ser cónsul?

Entré en los negocios de exportación de flores y plantas para ganarme la vida y por casualidad me topé con un ruso que trabajaba en la embajada de ese país y que había estado en Yugoslavia antes de la guerra.

Una vez salimos a comer y me empezó a hablar que la embajada de Serbia en México y que buscaba alguien que fuera cónsul honorario aquí, así que me preguntó si tenía interés y le dije que sí, porque siempre he tratado de ayudar a la gente, lo cual me llena de bendiciones.

–¿Antes del 2010 no había ninguna representación de Serbia en Costa Rica?

–Nada.

–¿A qué lugares exporta flores?

–A todas partes, las sembramos en Guápiles o San Carlos porque son flores tropicales.

–Hablemos de fútbol, usted dice tener un "trilema" porque nació en Serbia, vivió en Suiza y ahora tiene 23 años en nuestro país.

–Tengo pasaporte suizo y serbio, así que nunca me había pasado algo así. Tengo una hija que nació aquí, por lo que dice que ella es cien por ciento tica.

–¿A quién le va en ese primer partido del Mundial entre Serbia y Costa Rica?

–(Risas) Vamos a ver qué hacemos. Yo espero que saquemos a Brasil y después nos arreglamos, posiblemente Costa Rica y Serbia (clasifican).

Tengo miedo de Suiza y de Costa Rica.

–¿Se atrevería a dar un marcador para ese primer partido?

–No. Yo dije que de los tres (Suiza, Serbia y Costa Rica) no importa el país que pase (a la segunda ronda), porque todos son míos.

–Cuando se realizó el sorteo en diciembre, ¿le llamó la atención que tres países que son cercanos para usted hayan quedado en el mismo grupo?

–Me sorprendió mucho que pasara eso, era casi imposible y pasó.

–¿Cree que Costa Rica será un rival complicado para Serbia?

–Sí, todos los países que lograron clasificar al Mundial son buenos equipos, todos pasaron un camino muy difícil.

Serbia se clasificó directo (sin ir al repechaje), Suiza solo perdió el último juego de clasificación y Costa Rica es fuerte. Además, en un Mundial puede pasar cualquier cosa.

–¿Qué le parece el técnico de Costa Rica Óscar Ramírez?

–Vi su trabajo con Alajuelense y con la Selección, por lo que me parece muy conservador, aunque tal vez tiene una buena receta.

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Creo que el equipo no se renovó y no es lo mismo ir con un equipo que ya logró muchas cosas, que con uno que tiene figuras nuevas y que asisten a un Mundial por primera vez.

–¿En Serbia son muy futboleros?

–Claro, recuerde con quién fue Costa Rica al primer Mundial (con el técnico serbio Bora Milutinovic).

Al serbio le gustan todos los deportes de bola: fútbol, tenis, baloncesto, voleibol, etc.

–Don Óscar está preocupado por la altura de los serbios...

–Sí, el serbio es muy alto.

–¿Destaca a algún jugador de Serbia?

–Hay muchos jóvenes y lo que me preocupa es que cambiaron al entrenador (Slavoljub Muslin en octubre del 2017 y ahora está el exjugador Mladen Krstajic), por lo que van a estrenar técnico en el Mundial y eso desbalancea un poco al equipo.

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–¿Le llama la atención esa relación de Costa Rica y Serbia gracias al fútbol?

–Sí, me llama mucho la atención. Una vez me encontré a Bora en una aeropuerto en Alemania y le dije que él siempre es visto en Costa Rica como un rey, que siempre lo recuerdan con cariño y me respondió: "mis ticos, mis amores" (risas).

–¿Cómo vivió la participación de Costa Rica en Brasil 2014?

–Estuve en Suiza para el último Mundial, cuando Costa Rica pasó a segunda ronda después de sacar a dos campeones mundiales y fue muy lindo.

Muchos amigos me mandaron fotos y videos desde la fuente de la Hispanidad y me encantó.

–¿Es muy futbolero, le gusta el fútbol?

–No, nunca he jugado fútbol pero me gusta verlo y me agrada como deporte.

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–¿Cuántos serbios viven en Costa Rica?

–Entre 10 y 15, son muy pocos. Aunque sí vienen mucho para hacer turismo.

–¿Se piensan reunir para ver los juegos del Mundial?

–Sí, siempre nos reunimos. Los serbios somos ortodoxos, nuestra Navidad y Año Nuevo siempre son una semana después de la del calendario habitual y por lo general nos reunimos para esas fechas.

–¿Qué lugares y que comida de Serbia le recomendaría a un tico que visite su país?

–En cuanto a lugares hay muchos que conocer, mientras que con respecto a la comida existe un tipo de hamburguesa que se hace con pan casero, cebolla, una mezcla de carnes y queso.

El desayuno serbio se compone de huevos con tocineta y pan. Los adultos toman café, aunque es café al estilo griego o turco, muy fuerte.

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–¿Cómo es el serbio como anfitrión?

– El serbio da todo por las visita y si no tiene (comida), va donde el vecino y trae más, por eso le dije que cuando llegué aquí me recordó mucho mis años de juventud.

–¿Qué le han comentado los serbios que viven aquí sobre el partido ante Costa Rica?

–Hay varios amigos ticos que me han invitado a ver el juego juntos. Tenemos un amigo serbio, pero el único problema es el horario (a las 6 de la mañana) porque él tiene un bar, pero vamos a ver (si puede abrir) (risas). Algo haremos, aunque sea un desayuno.