El Manchester United se impuso este sábado al Liverpool, en el Old Trafford, gracias a dos chispazos de Marcus Rashford, en el partido que subió el telón de la fecha 30 de la Premier League.
Gracias al triunfo los diablos rojos se afianzaron en el segundo puesto de la clasificación con 65 puntos, cinco más que los rojos (3º), pero aún lejos del Manchester City, líderes con 78 unidades.
El Liverpool, por su parte, ve amenazado su tercer puesto ante el Tottenham (4º), que visitará este domingo al Bournemouth.
El conjunto local sumó su tercera victoria consecutiva y afronta con optimismo su duelo del próximo martes por los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Sevilla (0-0 en la ida).
El joven Marcus Rashford, que vivió su primer partido como titular en el 2018, firmó un doblete en el primer tiempo (14', 24') antes de que los hombres de Jurgen Klopp descontaran, gracias a un gol en propia puerta del marfileño Eric Bailly (66').
“No pudimos marcar antes del descanso. En el segundo tiempo fuimos por el partido. Fue realmente complicado ante un equipo como el Manchester United”, declaró el técnico alemán que entrena al Liverpool.
La mejenga confirmó la oposición de estilos que caracteriza a ambos ‘Gigantes’ del norte de Inglaterra, y si Mourinho y los suyos se llevaron los tres puntos fue en gran parte gracias a la superioridad física de los diablos rojos.
Los dos goles de Rashford confirmaron el estilo que propuso Mourinho; balones largos bajados al piso por el gigante belga Romelu Lukaku. En el primero, Rashford recortó hacia dentro del área ante Alexander-Arnold antes de soltar un latigazo al palo largo del arquero alemán Loris Karius. Diez minutos después, el español Juan Mata se metió entre Lukaku y Rashford, antes de que un rechazo de la defensa le permitiera mandar el balón a la red.
Pese a que los diablos rojos no pudieron contar con el francés Paul Pogba, lesionado la víspera en un entrenamiento, los pupilos del alemán se lanzaron al ataque en la segunda mitad.
Desde entonces los muchachos de Klopp asediaron el área del español David De Gea, pero se encontraron con un United muy sólido atrás. Para armar mayor cerrojo en la medular, Mourinho retiró al goleador de su equipo para dar entrada al belga Marouane Fellaini.
“Si la gente cree que no lo merecimos, me da igual y me importa poco lo que diga la gente, los chicos están contentos, yo estoy contento”, reaccionó el técnico luso.