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Final de la Copa Libertadores se jugará a las 4:15 p.m (hora tica)

Dos jugadores de Boca Juniors fueron al hospital pero aun así Conmebol anunció que sí habrá partido este sábado en el Monumental

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La histórica final de la Copa Libertadores de América 2018 entre River Plate y Boca Juniors, centenarios archienemigos argentinos, quedó empañada por incidentes que obligó a postergar el partido por una hora, hasta las 4:15 p.m. (hora costarricense, 19:15 horas, tiempo de Argentina).

La Conmebol tomó esta decisión a pesar de que el cuadro xeneize no está dispuesto a jugar.

Los jugadores Pablo Pérez, uno de los capitanes de Boca Juniors y Gonzalo Lamardo, variante del cuadro xeneize, ya fueron trasladados a un hospital de Buenos Aires.

Esto porque el autobús que transportaba al plantel de Boca Juniors para la final este sábado de la Copa Libertadores 2018 ante River Plate fue atacado con piedras y gases por parte de hinchas violentos del ‘millonario’, en las inmediaciones del estadio Monumental. Un hecho que podría atrasar el inicio del esperado juego. El partido de acuerdo al twitter de la Conmebol, el juego arrancaría a las 3 p.m. hora costarricense .

Según las imágenes de televisión de varias cadenas deportivas, el vehículo ingresó al escenario con varios vidrios laterales rotos y los jugadores, una vez descendieron, iban tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.

“¡Nos tiraron de todo!”, dijo visiblemente afectado el volante y capitán ‘xeneize’, Pablo Pérez.

A su vez, el defensor central Carlos Izquierdoz relató rápidamente a periodistas que estaban en el ingreso del vestuario del Monumental que “nos tiraron gas pimienta, palos, piedras. Entró de todo al micro”.

La televisión mostró el ingreso de los jugadores al camerino y en su totalidad, así como el cuerpo técnico y varios directivos que viajaban con el plantel, se veían afectados por los gases.

“Fue un descontrol en las últimas calles cerca al Monumental. La policía se vio desbordada ante tanto vandalismo y tuvo que dispersar a los hinchas de River con gases lacrimógenos, que también por efecto del viento y las ventanas rotas ingresaron al micro”, dijo uno de los directivos a la prensa.

Según la televisión local, varios jugadores resultaron cortados por efectos de los vidrios rotos y el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, se encontraba en el camerino de Boca expresando su solidaridad al plantel rival.

El desplazamiento del bus se hizo con una fuerte custodia de policía desde el exclusivo sector de Puerto Madero, en el centro de Buenos Aires, hasta el barrio de Núñez, en el norte de la ciudad.

El fervor de las hinchadas es el condimento de esta centenaria rivalidad entre Boca y River, uno de los clásicos más vistos y el más popular en el mundo.

Desde 2013 rige en Argentina una prohibición para que las hinchadas visitantes acompañen a sus equipos debidos a recurrentes hechos de violencia.

River y Boca se citan en el estadio Monumental, templo de los de la banda roja cruzada, a las 2 de la tarde (aunque podría atrasarse), para resolver el pleito que dejó el 2-2 del primer lance en la mítica Bombonera hace dos semanas.

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