Esta es una verdadera historia de amor. Diego Guevara Gómez se encontró con un Suzuki Samurai modelo 1987, cuando el apenas tenía 18 años, se enamoró del chuzo lo compró y 15 años después siguen juntos como el primer día.
Guevara, hoy con 33 primaveras, nos cuenta la historia de su Tuco Racing, por el que pagó alrededor de ¢1 millón.
–¿De dónde salió ese carro?
Ese fue prácticamente mi primer carro, lo tengo desde los 18 años y con el pasar del tiempo lo empecé a modificar hasta tenerlo como está ahorita.
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–¿Estrenó licencia con este carro?
Prácticamente, sí.
–¿Andaba buscando algo así en ese momento o lo compró por una oportunidad?
Para ese entonces yo ya trabajaba y mi papá (Guillermo Guevara) me ayudó a comparlo. Toda la vida había querido un Suzuki porque me llamaba la atención que fuera de capota, sobre todo porque me gusta ir mucho a la playa. En un principio lo pensé comprar solo para ir a la playa y sin capota.
De un pronto a otro empecé a meterme en la montaña y me entró la espinita de cambiarle las llantas, todo.
–¿Qué tan complicada estuvo la negociación?
Se lo compramos a un conocido mío, pero no estaba al día, porque lo tenía sin usar. El carro se compró y poco a poco se le pagaron los cinco marchamos atrasados pata ponerlo al día.
¿Cada cuánto se debe cambiar la bomba del agua del vehículo? |
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“Se puede cambiar en conjunto con la faja de distribución como mantenimiento preventivo, ya que al ser una pieza que gira y lleva fricción sufre mucho desgaste. También hay algunas señales que podrían indicar que requiere un reemplazo inmediato. Por ejemplo, si ve fugas de coolant alrededor de la bomba de agua o escucha algún ruido extraño cuando el vehículo se encuentra encendido”, explicó Bryan Guido, mecánico automotriz (teléfono: 8603-5135) |
–¿Qué fue lo que lo enamoró para comprarlo?
Sinceramente me gustó mucho el estado en el que estaba, no era de este color (ahora es amarillo), pero me gustó el estado de la carrocería y no estaba tan maltratado como otros que había visto.
–¿Qué fue lo primero que le hizo al comprarlo?
La primera modificación fue levantarlo un poco y ponerle llantas más grandes, andaba las originales 2/15 y las primeras que le puse fueron unas de 31 pulgadas.
–¿Qué más le ha metido?
Después le hice una suspensión en maestras, poco a poco fui probando hasta que le llegamos a montar unas en espirales. Luego empezamos a cambiar la relaciones, la caja, el transfer y las diferenciales. Le instalamos un motor 1600 de 16 válvulas y hoy mueve llantas de 37 pulgadas.
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–¿Está como le gusta o le falta algo?
Tengo pensando hacerlo un pick up, pero más adelante. He estado viendo algunos porque están de moda y me gustan las dimensiones que agarran, se ven más grandes.
–¿Es muy costo tenerlo así?
Sí, porque es una inversión bastante grande a lo largo de los años, muchas cosas se prueban y se quitan, hasta llegar a la receta necesaria, pero si es bastante costoso.
–¿Cada cuánto compite y que tipo de competencias le gusta?
A lo largo del año hay diferentes, así que uno selecciona a cualquier quiere ir. Yo voy como a siete eventos al año más o menos.
–¿Por que lo llama Tuco Racing?
El taller mío se llama así y ese apodo me lo pusieron desde que era carajillo. Tal vez en ese momento me lo pusieron porque era cuadradillo, entonces los compas me encaramaron ese apodo.