Hace unos meses Mauricio el “Chunche” Montero estuvo a punto de irse a cortar caña de azúcar para ganarse unos cinquitos extra debido a que la situación económica se le complicó por la pandemia.
El exdefensor rojinegro comentó que en Alajuelense le redujeron la jornada laboral a la mitad y al recibir solamente el cincuenta por ciento de su salario buscó una opción para llevar el sustento a su hogar.
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“Hace días estaba por volver a coger café. Cuando empezó la pandemia tuve todas las intenciones de volver a las fincas, ya que me rebajaron el salario a la mitad y no me alcanzaba la plata.
“De hecho, afilé el cuchillo para ir a cortar caña, le pedí a un contratista que me diera empleo, pero los trámites de la póliza duraban muchos días y quedaba poco tiempo para terminar con la corta de caña”, expresó.
Montero, de 57 años, le entra a lo que sea con tal de ganarse la platita de forma honrada, confiesa que también valoró la oportunidad de volver a coger café, una actividad a la que se dedicó en su niñez y adolescencia.
Recientemente participó en una campaña para invitar a los ticos a coger café, hecha por la empresa FJ Orlich y hermanos.
Mau actualmente dirige las divisiones menores de Alajuelense. En este momento trabaja con Juventud Escazuceña y entrena con los leones nacidos en el 2006 (u-14) y 2008 (u-12).
Todo un experto
- ¿Cuándo fue la primera vez que cogió café?
Empecé a los 8 años, lo hacía en las vacaciones de la escuela. Papi me mandó con mi tío Carlos, que era responsable y bueno para trabajar. Siempre estábamos en constante movimiento para llegar al corte bueno (seleccionar matas con los granos maduros) y así estuve hasta los 17 años, cuando empecé en el fútbol.
- ¿Qué era lo más cansado?
Todo, es decir, uno va con abrigo, calientito, y a veces se llegaba a las 5:30 a.m. al cafetal y está mojado porque llovió la noche anterior o por el sereno. Empezábamos a las 6 a.m. y a veces eran las 4 de la tarde y seguíamos ahí.
También, de lo más duro es la repela, cuando se escogía el grano, había que hincarse porque se ponían todos los granos en un plástico para escogerlos.
Si estaba bueno el día, se almorzaba a las 2:30 de la tarde, si estaba malo uno calculaba almorzar al mediodía para terminar casi al finalizar la tarde.
- ¿Y lo más satisfactorio?
Almorzar cuando era bueno el día, aunque la comida estuviera helada. También salir con la plata en la bolsa. El café se paga por día, en un buen día ganaba ¢400 o ¢500. Con el primer sueldo sentí mucha alegría porque en ese tiempo había que dar todo el sueldo a la casa y era satisfactorio llevar la plata luego de pulsearla.
Otra cosa muy buena era llegar a la casa y que mi mamá me tuviera agua dulce, chocolate, o café con empanadas.
- ¿Lo regañaban en las cosechas?
Era bravo, empunchado. Siempre buscaba los cortes buenos para terminar rápido. A veces le decía mi tío que estaba cansado y me decía “¿cuál cansado?, hay que trabajar”.
- ¿Qué le enseñó el coger café?
A valorar las cosas, en un día malo, que hacía 3 cajuelas, llegaba a la casa con poca plata y pensaba en lo mal que me había ido y que mi papá tenía que comprar leche, salchichón o algo para el café. Uno aprende a valorar lo que tiene, sea mucho o poco.
“El café se está perdiendo”
- ¿Hace cuánto grabó el anuncio?
Se grabó hace 22 días en Ciudad Colón, en una finca que no recuerdo el nombre. Me di gusto cuando llegué a la finca, porque lo que bien se aprende no se olvida, entonces me acomodé el canasto y empecé a escoger los granos y los encargados de la finca me dijeron que había sido un buen cogedor de café.
- ¿Qué mensaje quiso transmitir con el comercial?
Hacer consciencia en la gente, que vean que la plata está ahí, que va a costar, es duro, pero la satisfacción viene después, cuando se pueden comprar un pantalón, llevarle el diario a la familia o la medicina que necesita la mamá. Uno tiene que ver cómo llevar el sustento a la casa, veo los cafetales donde se está perdiendo el café mientras la gente está en la casa.
- ¿Por qué cree que al tico ya no le gusta coger café?
Primero porque es duro y segundo porque nosotros los ticos somos muy cómodos. Todo lo queremos fácil, sin sudarnos ni ensuciarnos. Es una lástima, porque veo gente en los semáforos, en la calle o sentados en las casas pudiendo estar en una finca, no me explico.
- ¿Cómo le gusta tomar café al Chunche?
Chorreado, con sustituto de azúcar y acompañado de una torta de huevo con cebolla, o de una tortilla con frijoles negros. Soy cafetero al cien por ciento y cuando jugaba en Puntarenas o Limón, en vez de tomarme una bebida hidratante me tomaba un café.
Si a las 3 de la tarde no he tomado café me duele la cabeza, me lo tengo que tomar, así sea café con lengua.