Evelio Calvo es un nicoyano de corazón que al igual que muchos soñó con ser futbolista cuando era joven. Él se imaginaba metiendo goles y lleno de fama, pero con el tiempo su sueño se transformó y se alejó de las canchas para convertirse en médico.
No obstante, su pasión por el fútbol se mantuvo intacta.
Toda la adrenalina que al doc le genera el deporte lo libera en los terrenos de juego, ya que el es el médico de la Asociación Deportiva Guanacasteca, aunque Calvo no es un doctor común y corriente.
Calvo nunca pasa desapercibido a pesar de su puesto cuando está a un lado de la cancha en espera de atender a algún jugador, ya que constantemente sale del banquillo a pegar gritos, apoyar a los jugadores o lamentar alguna opción fallida. Pero cuando su equipo anota, el hombre se transforma totalmente y monta un festejo que todos quienes lo ven lo disfrutan al máximo.
“El fútbol es fiesta, es pasión, es amistad, te libera, te desestresa, te hace sentir una adrenalina increíble y conoces gente en muchos lados. Dios no me dio la vocación de ser futbolista, sino médico y es algo que también hago con mucho amor para el equipo”, explicó doctor.
En la serie por el ascenso ante Jicaral, el doc tuvo su momento más intenso con el gol del descuento pampero en el duelo de vuelta. En ese momento se hincó, pegaba gritos, agarraba a los jugadores del rostro y les decía: “sí se puede, sí se puede” y hasta le mandó un mensajito al rival al decir: “les vamos a ganar”, aunque al final no se le dio el pronóstico.
“A mí me decía un profesor de la universidad, don Sherman Thomas Jackson, que todas las cosas hay que hacerlas con amor y esto es parte del fútbol, no se trata de ofender, sino de gritar por el fútbol, animar a los muchachos, porque es otro detalle en el que siento que les puedo ayudar”, explicó.
A ratos pareciera que es otro asistente del entrenador pampero, Mauricio Guevara, por tanto que se deja ver en la zona técnica. Su emoción hasta contagia a los aficionados guanacastecos.
“La gente en la calle me reconoce y me saluda. Lejos de ser un agente negativo soy positivo, pro fútbol, esto se trata de disfrutar y eso quiero inyectarle a la gente”, indica.
Calvo trabaja como médico en el hospital San Rafael Arcángel en Liberia y en los partidos se va con el cuadro pampero con el cual trabajar de gratis como un aporte al club de sus amores.
“Desde que tengo uso de razón sigo de cerca el fútbol, mi papá fue de la selección de Nicoya que fue campeona de Anafa en 1973 y cuando pasó a segunda división se pasó a llamar Asociación Deportiva Guanacasteca, por eso siempre he estado en el estadio”, explicó.
Aunque en Nicoya quedó cierta decepción por no conseguir el ascenso a primera, el doc igual se siente muy orgulloso del grupo al que tanto apoya, tanto así que el domingo pasado salió con el trofeo de subcampeón en sus manos.