Se puede decir que hace 12 años, Gustavo Canales sacó de la basura su carro Toyota Hilux, aunque parezca mentiras.
Este mecánico, vecino de Salitrillos de Aserrí y de 42 años, encontró la nave tirada en un lote y decidió modificarla para transformarla en una completa Bestia, como le llamaría luego.
La nave en condiciones originales es modelo 1997, con motor 2JZ, dos puertas y 4X4.
–¿Cómo llegó a sus manos el carro?
Estaba en lote baldío y lo compré en ¢350 mil. La idea de hacerme un carro así nació para dejar de utilizar mi auto de montaña, que en ese momento era un Toyota Tacoma y el cual lo había empezado a usar en varios desafíos (competencia de motores).
Cuando empecé a subir de nivel me di cuenta que no era correcto usar uno de montaña para correr. Entonces decidí armarme un carro más simple para correr el desafío, lo que no sabía era que de simple iba a pasar a ser un carro lleno de tecnología.
–¿Y de quién era el carro?
El dueño lo metió a un taller de pintura, pero como el costo de la reparación era muy elevado lo dejó ahí. Además, ya el taller se lo había desarmado y por eso lo dejaron en ese lote, así que compré el chasis con la carrocería y un saco en el que pusieron todos los plásticos del carro y en el que venían las placas.
Le pregunté a mi abogado si podía averiguar quién era el dueño, pero resulta que el carro tenía como diez gravámenes y todos caducados, así que mi abogado lo puso al día y se puso a buscar la firma del dueño para hacer el traspaso. A este carro literalmente lo reviví.
¿Cómo saber si la batería de mi vehículo se debe cambiar? |
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“Se recomienda realizar revisiones periódicas con un escáner para este fin, que podría hacerse cuando realice el cambio del aceite del motor y así saber cuánta vida útil tiene la batería. También hay algunas señales que podrían indicar que requiere cambio, como por ejemplo, si el motor arranca lentamente o si ve que la batería pierde líquido, también en algunos casos se aprecia que la batería se abulta a los costados, por lo que deberá cambiarla de inmediato para evitar quedarse varado”, explicó Bryan Guido, mecánico automotriz (teléfono: 8603-5135). |
–¿Estuvo dura la armada?
La idea era hacer un carro sencillo, pero un año después de armado vinieron los Monster Jam a Costa Rica y cuando vi los carros le pedí a los de RPM si me dejaban entrar aunque fuera de barrendero para aprender de esos carros, por lo que Vanessa Ramos me ayudó y me metió.
–¿Y qué lo pusieron a hacer?
Me pusieron a ayudar a montar carrocerías, ahí fue donde conocí al jefe de mecánicos y se formó una amistad. Luego me explicaron cómo armar el carro, por lo que este paso de ser un auto básico a uno totalmente lleno de tecnología. Por ejemplo, en ese momento nadie conocía el sistema de suspensión Coilover y de eso estamos hablando de hace como nueve años.
Desde ese momento le pusimos la Bestia porque la gente decía: “Es una bestia”.
–¿Le ha metido mucha plata?
Con el transcurso de los años, armarse un carro así puede costar hasta ¢50 millones. Uno no termina de armar un carro de estos nunca, porque cuando cree que ya terminó sale algo nuevo, al final es un juguete que no tiene precio.
Esta es la Bestia 2.0. Ahora es automático y le cambiamos las dimensiones de llantas 37 Maxxis a 4 Maxxis.
–¿Quién lo enfiebró con los carros?
Un tio político (Jorge Luis Venegas, qdDg), él fue quien que me dio pelota y me introdujo en esto. De chamaco me le escapaba a mi madre para ver autocross, como de ocho o nueve años, porque siempre me gustó el 4X4, por lo que me propuse que iba a llegar a tener uno y que iba a correr. Empecé a los 16 años a correr.
Arranqué con el autocroos y a los 24 años me metí en el desafío, pero hace seis años me salí y me metí otra vez al autocross. Este año quedamos de tercer lugar. Le doy gracias a Dios por dejarme cumplir mis sueños.