Casi todos cuando salen de viaje suelen recurrir a la música para aligerar el camino. Algo así sucede con la primera aventura en la Serie Mundial de los Nationals, quienes se apoyan en una canción infantil que se ha convertido en un himno para sus jugadores y aficionados.
En Washington la pieza “Baby Shark” es más que una melodía para niños, se transformó en un grito de guerra para jugadores y aficionados de los Nationals que la adoptaron después de que su jugador Gerardo Parra la empezó a utilizar mientras caminaba hacia la caja de bateo.
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En mayo cuando el equipo estaba sumido en una crisis de resultados a 12 juegos de .500, Parra comenzó a escuchar “Baby Shark” que en aquel momento era la canción preferida de su hija de dos meses.
“Probé merengue, reguetón, hip-hop”, les dijo Parra a los periodistas.
“Entonces dije: ¿Sabes qué? Quiero poner ‘Baby Shark’. Estoy feliz por ello”. La canción dibujó sonrisas (y, finalmente, movimientos de manos que simulan la forma de masticar de los tiburones bebés)entre los fanáticos de los Nationals que esperan ansiosos su primera Serie Mundial.
Washington barrió a los Cardinals para ganar su primer banderín de Liga Nacional. El equipo se encuentra embalado en una racha de seis victorias en postemporada.
A mediados de mayo, cuando la temporada de Grandes Ligas apenas empezaba, los Nationals se encontraban como un equipo apático y extrañando a su estrella Bryce Harper. Casi cinco meses después, ese equipo está a cuatro victorias de conquistar su primera Serie Mundial.