Una limusina que perteneció a la embajada de Venezuela en Costa Rica en los años 70 le roba los suspiros a Michael Villalobos.
Villalobos encontró su Chrysler Newport, modelo 73, en una casa, en Belén, de Heredia, hace 8 años.
“El carro pertenecía a la embajada, el señor (antiguo dueño) cuando finalizó sus labores como embajador se lo dejó. Desgraciadamente murió en el 2010 y después de su fallecimiento un día pasé por su casa, vi el carro y me enamoré, porque es uno que cuesta ver.
“Era una limusina diplomática, mide casi siete metros. El carro tiene 37 mil kilómetros recorridos, está prácticamente nuevo, se le dio muy poco uso y desde que lo compré lo he restaurado”, dijo este vecino de San Pablo de Heredia.
Villalobos, quien es restaurador de carros, contó que al inicio la familia del dueño no quería vender la joya porque era un recuerdo vivo del exembajador fallecido.
“Al inicio costó que lo vendieran, pero las negociaciones no se complicaron. Un día un señor que perteneció a la Cancillería me vio y no lo podía creer.
“Me contó que él manejó ese carro y que tenía un emblema, un caballo a la inversa que valía mucho y que ojalá no se lo quitara”, manifestó.
Michael la pegó al adquirir este modelo norteamericano.
“Me llamó la atención su tamaño y, además, que ese carro es único en el país. Luego de que lo compré me puse a investigar y hubo carros de esa línea, pero modelos 71, 72 y 74 en adelante, pero ese modelo 73 solo el que tengo”.
Verde que te quiero verde
El chuzo conserva el verde musgo original. Los asientos eran verdes, pero Michael los retapizó y aunque conserva todos los elementos de fábrica, los cambió a negros.
“Le hicimos ajustes al motor, a los frenos, a la tapicería, que son cosas que se van desgastando con los año. El motor es de 6.600 cc, el carro es de cuatro puertas, es de marcha automática y tiene una dirección hidráulica que ni siquiera los carros de ahora la tienen, se desplaza supersuave.
“Tiene el radio original, con frecuencia AM, cuento con el manual original, sus llaves y hasta tengo una llanta de repuesto que es de 1973″, aseguró.
Sus llantas llaman la atención porque tienen una banda de rodamiento blanca, lo que le da elegancia a este carrito. Los vidrios y el parabrisas están intactos y los vidrios se bajan y suben de forma manual.
“Básicamente lo uso para exhibiciones. En otros momentos me lo han pedido para bodas, es un gran boom este carro, porque a la gente le llama la atención su largo y el buen estado en el que se encuentra”.
Michael, pese a que está enamorado de su chuzo, lo está vendiendo.
“Es una inversión que vale la pena, este carro vale oro, me lo han querido comprar y, de hecho, en este momento lo tengo en venta, ya que quiero seguir con otro proyecto”.
Si quiere adueñarse de esta preciosidad puede localizar a Michael al 8895-0776.