El torneo de primera división femenino tendrá la próxima temporada a unas verdaderas guerreras, que lucharán con todo para dejar el nombre de la zona sur bien en alto.
El cuadro de Pérez Zeledón Suva Sports derrotó 3-2 en la final a ADEFF de San Ramón y de esta forma se dejó el título de la segunda división, por lo que ahora tendrá el privilegio de jugar en la máxima categoría, donde Alajuelense - Codea, Saprissa FF y Moravia - Herediano, entre otros clubes, andan haciendo de las suyas.
Pero detrás de esa copa y la celebración hay mucho, muchísimo sacrificio.
Con el número catorce en su espalda, Ronixy Quintero, mejor conocida por sus compañeras como “La Roka”, tiene que controlar muy bien su tiempo, no solo el del partido sino el de toda su vida para que le alcance para todo.
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“Hay que darle gracias a Dios porque sin Él no hubiéramos llegado hasta donde llegamos, fue difícil, pero al final logramos sacar lo que queríamos, soy de Puerto Jiménez y hace tres años me vine para Pérez”, confesó la volante.
"Este campeonato es una gran motivación para mí, mi familia y muchos que siempre me han apoyado para llegar hasta aquí. Inicié en una escuela de Saprissa acá en Pérez y venía a entrenar los sábados, era un recorrido de 5 horas en bus y luego el regreso, en otras palabras, para ir a entrenas debía pasar 10 horas en bus”, contó.
Este es un caso, pero no el único, ya que la mayoría de las futbolistas hacen un esfuerzo similar.
Por ejemplo, está la historia de Karla Sandí, quien es defensa y oriunda de las Esperanzas de Río Claro de Golfito.
“Tengo que caminar media hora desde mi casa hasta la carretera para agarrar el bus de Tracopa y son 6 horas de viaje, en muchas ocasiones tengo que salir el día antes, porque cuando hay salida (para partidos) se sale muy temprano”, narró.
Karla sacó la fiebre de su papá, a quien le gusta mucho jugar, es delantero y es quien le ha enseñado mucho.
Esta final y la copa significan muchísimo para Tania Blanco, ella no pudo jugar las últimas fechas porque tiene dos meses y medio de embarazo y obviamente por eso no podía ser alineada.
“Hace mes y medio me di cuenta que estaba embarazada y hasta el 24 de diciembre me doy cuenta si es hombre o mujer”, contó.
A Blanco le tocó tirarse el partidazo desde la gradería, donde lloró de la alegría.
“Bueno, lo viví con mucha alegría, deseaba estar ahí, en mi puesto de volante por la derecha o donde el DT me lo indicara. Soy de Las Bonitas de San Rafael de Platanares, en Pérez Zeledón, me toca caminar poco, como 20 minutos de mi casa para poder llegar al bus que me trae a los entrenamientos y a jugar", recordó.
“Gasto 4 mil colones en pasajes, siempre me acompaña mi mama, Daysi Herrera, siempre con mucha entrega. Desde que tenía 10 años estoy entrenando con Don Edwin, luego pase a la 17 y de ahí recibí convocaría para la segunda. Mi familia está muy feliz con mis logros, me decían que fuera a la final a apoyar a las compañeras, que no me podía perder ese partido”, aseguró emocionada.