El extécnico manudo Hernán Torres y el nuevo gerente deportivo erizo, Agustín Lleida, tan solo conversaron una vez, pero ese encuentro bastó para que no pudieran trabajar juntos.
Torres hizo oficial lo que La Teja adelantó desde inicio de semana, al comunicar este viernes que no regresará al país para cumplir los seis meses de contrato que le quedaban. El cafetero argumentó que quedó desgastado por el trabajo realizado y no clasificar a la segunda ronda.
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Pero sin tomar en cuenta los pretextos, una de las razones más fuertes para que el colombiano decidiera saltar del hundido barco manudo fue el nombramiento de Lleida, el martes pasado, como nuevo gerente deportivo del equipo, después del despido de Javier Delgado del cargo.
Torres había hecho buena yunta con el Sheriff y llevaban un mes planificando el equipo para el próximo torneo por lo que no le cuadró que le cambiarán las cosas.
La gran pregunta que surge es qué pasó entre ambos, ya que Torres no estuvo ni tres meses en la Ciudad de los Mangos para no llevarse con el español, quien en julio entrante cumpliría un año al frente de las ligas menores rojinegras.
Bronca por jugadores
La Teja supo que el gran desencuentro que hubo entre Torres y Lleida se dio en uno de los momentos más críticos de la Liga durante este torneo, momento en el que llegó a tener hasta quince futbolistas lesionados.
Debido a los pocos jugadores con los que contaba y para completar el equipo de trabajo, el colombiano pedía que le cedieran futbolistas del Alto Rendimiento y de otras divisiones para trabajar con mayor normalidad.
Delgado era el encargado de enviarle un correo electrónico a Lleida y a Vidal Palomo, el otro español de ligas menores erizas, para que enviaran los jugadores que necesitaba Torres.
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El cafetero los utilizaba y luego los ponía a hacer ejercicios de estiramiento y parecía que la cosa funcionaba.
Sin embargo, un día Torres no le enviaron a todos los futbolistas al entrenamiento, lo cual lo molestó mucho porque debía preparar un juego de primera división y no tenía gente suficiente para entrenar. Hay quienes dicen que ese día el cafetero estuvo cerca de dejar todo botado e irse.
Ante esto, el colombiano preguntó si la prioridad en la casa manuda era ser campeones nacionales o alzar un trofeo de liga menor, ya que no le facilitaron los jugadores para hacer su trabajo.
Fue entonces cuando Lleida le pidió a don Hernán que no se llevara a todos los futbolistas de liga menor, especialmente porque solo los utilizaba durante un rato y luego los ponía a hacer ejercicio, ya que el también los necesitaba.
El sudamericano insistió que él necesitaba tenerlos en los entrenamientos.
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Debido a este encontronazo se realizó una reunión entre Torres y Lleida, en la que se acordó que la prioridad era el equipo de la Primera División y que al colombiano se le debían facilitar los jugadores que necesitara.
Sin embargo, Torres interpretó la actitud de Lleida como una falta de cooperación en un momento crítico de Alajuelense. Además, se molestó que cada vez que se le preguntaba en las conferencias de prensa si iba a continuar dirigiendo al equipo, no lo daba por un hecho. Él hablaba de “cositas” que había que arreglar.
Coleccionista de entrenadores |
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Desde que la actual directiva llegó a Alajuelense ha tenido como entrenadores a Guilherme Farinha, Benito Floro, Wílmer López, Rubén Israel, Nicolás Dos Santos, Luis Diego Arnáez y Hernán Torres. Van por el octavo. |
“Luego de cada torneo hay que dar un informe, yo lo hago verbal, y luego del último partido me reúno con la directiva para ver qué pasa, hay cositas que aclarar. Pero eso no quiere decir que me quiero ir. No pude ser campeón en el 2015 y quisiera ser campeón algún día con la Liga”, contestó Torres el pasado sábado 20 de abril después de empatar a dos con el Herediano y quedar eliminados.
Además, apenas empezó a correr el rumor de que la directiva echaría a Javier Delgado, a Torres no le empezó a gustar lo que pasaba.
De hecho, hay directivos que reclaman que Javier dejó de ir al Centro de Alto Rendimiento de Turrúcares en los últimos tres meses, lugar al que a don Hernán tampoco le hacía mucha gracia ir a entrenar porque sentía que se le filtraban las alineaciones al estar a un costado de la ruta a Caldera.
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Esto último iba contra el pensamiento de Lleida, quien trabaja en el CAR porque ahí están las ligas menores y, además, es el lugar donado por Joseph Joseph, vicepresidente de Alajuelense, y “padrino” de Lleida en la casa manuda.
Otro punto de desencuentro entre ambos es que Torres es de la vieja escuela de técnicos y Lleida apuesta más por el uso de la tecnología. Unido a eso, Torres tenía como asistente técnico a Cristian Oviedo, al que el ibérico echó de las ligas menores en diciembre anterior.
Al final y, de momento, el pulso lo ganó Lleida, quien ahora deberá demostrar si como ronca duerme y consigue un técnico que les dé el ansiado título treinta, anhelo que tiene a muchos en la Liga a punto de perder la razón.