Un BMW del año 66 es el chineado en la casa de Jairo Solano.
Este vecino de San Rafael de Oreamuno, en Cartago, es un enamorado de la marca alemana por lo que hace tres años se dio a la tarea de buscar al llamado 2002 (tiene un motor 2000 cc con dos puertas), para restaurarlo.
“Estuve buscando por Internet hasta que apareció, el carro estaba bien de documentos, que también es un problema cuando uno quiere un vehículo antiguo, pero sí me dio trabajo a la hora de restaurarlo, porque venía en muy mal estado.
“Siempre me ha gustado la marca, tengo otros modelos BMW, pero el 2002 es de los más emblemáticos. Este es el primer carro con el que la marca se hizo famosa”, manifestó.
Jairo no conoce cómo llegó el carro a Tiquicia, pero parte de las anécdotas que rodean a este chuzo, es que apareció en la película Gestación, del director Esteban Ramírez.
“Le decimos el Viejito, porque es el modelo más antiguo que tenemos e investigando me di cuenta que estos modelos se usaban mucho en carreras de autos en los años setenta, en los alrededores de La Sabana”, comentó.
Una joyita
Solano se enamoró de los autos europeos desde que era niño y esa pasión se la heredó a su hijo mayor Andrés.
Originalmente el carro era vino y se fabricó en noviembre de 1966, fue de los primeros vehículos de este modelo en Alemania.
“Muchas piezas se compraron por E-bay, porque acá son escasas y queríamos mantenerlo lo más original posible. Además de la pintura, se tapizaron los asientos, en negro, también trabajamos en el motor --le llaman M10-- el radio no es el original, pero le conseguimos uno ‘vintage’ muy bonito, similar al original.
“La marcha es manual, con cuatro velocidades, el carrito tiene dos puertas, pero le caben cinco pasajeros y como extras tiene la calefacción que ayuda a desempañar los vidrios. Es un carro muy rápido, con mucho toque, muy versátil”, dijo el orgulloso dueño.
Luego de dos años y medio de esfuerzo y de meterle platita, el BMW ya está como él lo quería. Lo usa los fines de semana, para algún mandado, para pasear o para mostrarlo en alguna exhibición, junto a su hijo.
“Parece un carro nuevo, porque está muy bien restaurado, la gente me pregunta mucho por el año, porque les sorprende ver un carrito viejo en tan buenas condiciones.
“Me encanta ese olor a gasolina, el ruido que hacen los carros antiguos, sentir la carretera, porque con los carros modernos eso no se siente, sentir el aire al abrir las ventilas, es bonito”, agregó.
Jairo agregó que algunas personas le han ofrecido plata, pero él a todas les agradece, pero les aclara que no está en venta.
“Lo quiero mantener hasta donde pueda, al final y al cabo cada quien le pone un precio, pero tiene un valor especial y solo uno sabe cuánto puede costar, por todo lo que ha invertido en él. A veces me preguntan el precio, pero me reservo ese dato”, agregó este profesor universitario.
Solano dice que el carrito, además de lindo es bien agradecido.
“Son carros muy nobles, con motores duraderos y nunca me he quedado varado. A veces nada más me tengo que cuidar de los tráileres, porque el carro es pequeño y no lo ven”, contó.