Un pequeño manigordo hizo de las suyas el domingo en el inicio del torneo de Clausura en el estadio José Rafael “Fello” Meza.
Se trata de Matías, que a sus cinco años pudo cumplir el sueño de hacerle segunda a la mascota del club brumoso y calentar a la afición en la previa de los partidos.
Desde los 2 añitos sus papás, Maricruz Monge y Rodrigo Rodríguez, llevan al pequeño a todos los partidos que juega el Cartaginés en el Fello porque viven cerquita.
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“Él ama al equipo y dice que cuando sea grande va a ser jugador del Cartaginés y que lo hará campeón. Le encantan los animales y vestirse de distintas cosas como todos los niños de su edad, observa videos en YouTube y en el buscador de voz dice que quiere ver vídeos del Club Sport Cartaginés, las canciones y los himnos”, comentó con orgullo su madre.
Poco a poco se fue aprendiendo las canciones y pedía que se las pusieran en el celular, se ponía un limpión como cola y empezaba a bailar y a decir que él era Max.
Luego pidió a su mamá que le hiciera un vídeo bailando como el manigordo y lo subió a Facebook, el cual gustó a muchísimas personas y Gerardo Brenes, quien le da vida a Max, lo vio y lo invitó a saltar a la cancha del Fello a su lado.
“Fue un sueño hecho realidad para Matías, en dos ocasiones ha salido de la mano de los jugadores del Cartaginés, pero él decía que quería salir con Max también, siempre soñaba con estar ahí en la cancha.
Así como ama el equipo también ama a Max y por más que lo han tratado de volcar no hay nada que lo haga dejar de apoyar a su amado equipo.
"Mi esposo le ha dicho que lo lleva todos los días a Mc Donald’s si se hace saprissista y él le dice: ‘no papá, yo soy de corazón azul’”, agregó.
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Disfraz creativo
Cartaginés debutó el domingo en el torneo de Clausura ante el Santos de Guápiles y ese mismo día el manigordo chiquitico hizo su debut, en el que se ganó los aplausos de la fiel afición brumosa.
Para hacer el disfraz los papás se la jugaron como los vikingos, le hicieron una máscara con cartulina y una tía le hizo unas mangas con tela de estampado animal para los brazos y piernas.
Matías y Max entraron de la mano a la cancha, al pequeño se le iluminaron los ojos, saltaba de la emoción.
“Me dijo: ‘mamá, no siento vergüenza y voy a bailar como Max en la cancha del Fello Meza’”, contó orgullosa doña Maricruz.
Definitivamente este es un recuerdo que nunca olvidará Matías, desde muy pequeño empieza a hacer carrera en el equipo de sus amores.