La primera vez que Wagner Campos se encontró con un Mercedes Benz fue cuando de niño su papá le regaló uno a escala.
Actualmente, con 34 años, es un apasionado por esta marca alemana, a tal punto de que tiene una colección de más de 50 carritos, a escala, de diferentes modelos del Meche, así como un vehículo (este sí es de verdad) modelo 1983, el famoso W123 o el tanque alemán, como le llaman los conocedores.
Wagner, quien es vecino de Cartago, comentó que compró el chuzo hace cinco años.
“Cuando comencé a trabajar me hice el propósito de tener un Mercedes Benz. Me gustaban los carros recientes, son cómodos, pero cuando era pequeño y veía los carros a escala y concluía en que eran diferentes, se salían de los estándares y por eso, cuando tuve la oportunidad, compré este carro.
“Este vehículo llegó al país en 1983, lo vendían en Auto Mercantil y el primer dueño era un señor, adulto mayor y dueño de una empresa de buses. El carro entró al país con placa de pensionado y, más adelante, lo compró el segundo dueño, por ahí del 2002 y estuvo abandonado por un tiempo y luego yo me convertí en su tercer dueño”, contó.
Este apasionado de los carros destacó que cuando vio la nave por primera vez estaba en condiciones deplorables, pero él la agarró y poco a poco le ha hecho mejoras para que se vea como luce ahora, o sea, la dejó como una joyita.
“No lo he terminado, mucha gente me dice que se convertirá en un verdadero clásico y me doy a la tarea de mantenerlo lo más original posible. No soy mecánico, soy ingeniero en seguridad informática, pero como me apasionan estos carros, me doy a la tarea de mejorarlo”, afirmó.
Como un ajito
El W123 de Wagner es blanco y conserva su color original. Es de 4 puertas, mide 4.7 metros de largo y por eso a estos modelos les llaman lanchas.
Su velocidad máxima es de 180 kilómetros por hora, su motor es de 2.000 centímetros cúbicos y posee un carburador “stromberg”, que se le puso a ciertos modelos de carro, como los Volvo y los Rolls Royce.
“Tiene los asientos originales, son de cuero azul, una de sus alfombras la tuve que cambiar, por dentro está muy bien y le puse un radio nuevito, que no es el original.
“Además, le puse las copas originales, las llantas de cara blanca, le arreglé la dirección, la suspensión, le puse espejos eléctricos, aire acondicionado, el carro es manual y es la versión más básica de este modelo, pues en 1983 estos carros eran muy caros y no venían con tantas extras. De este modelo se produjeron 2.7 millones de carros”.
Lo cuida mucho
Tan grande es el amor que siente Wagner por los Mercedes Benz, que no solamente tiene el W123, sino que en total, tiene 6 de estos chuzos (contando la lancha), sin embargo, el que nos enseñó es el carro que menos usa.
“Casi no salgo con él, mi novia dice que es el carro para darle la vuelta a la cuadra, es el que trato de mantener en mejor estado, es un carro de casi 40 años y por lo general lo uso una vez a la semana o cuando hacemos paseos con el club de Mercedes Benz en Costa Rica.
“Recuerdo cuando mi papá me regaló el primer carro, me decía que era un carro para damas y caballeros --una expresión que se usaba en ese entonces--, que se salía de los estándares normales de los vehículos que uno veía en la calle. Es algo fuera de lo común, algo tiene la marca que encanta y si te montás en un Mercedes, te atrapa”, afirmó.