El japonés Yuki Kawauchi, sorprendente atleta aficionado que ganó este lunes el maratón de Boston, tuvo que llamar a la escuela primaria Kuki, en la que bretea como conserje para solicitar un día más de vacaciones ya que no contaba con ser el primero en la legendaria carrera.
Como no esperaba ganar, Yuki había previsto volver a Japón el día siguiente de la carrera, este martes, y regresar a sus labores este miércoles, pero ahora debe cumplir con los homenajes al campeón.
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“Nos llamó para solicitar un día más de vacaciones porque tenía que cumplir obligaciones allí (en Boston)”, explicó Yasuhiro Mitsui, un responsable de la escuela, situada en la región de Saitama.
“El director le ha dicho: ‘Felicidades, usted ha corrido muy bien’”, añadió Mitsui, precisando que le habían otorgado un día más sin problemas.
Para preservar el carácter reservado de Kawauchi, la escuela no ha previsto ninguna celebración, señaló Mitsui.
“En general le gusta mantener su trabajo y el maratón separados. Le apoyamos cubriendo su trabajo cuando no puede estar”, añadió.
Cuando Kawauchi superó la línea de meta en Boston, a pesar de que fue la carrera más fría en los últimos 30 años y de que estuvo marcada por las tormentas de lluvia, se convirtió en el primer japonés en ganarla desde 1987. Precisamente el año en que nació.
El humilde conserje finalizó los 42.1 kilómetros en un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 58 segundos. Sin entrenador, sin patrocinadores y preparándose en el tiempo libre que le deja su brete a tiempo completo.
Con todos los favoritos y profesionales del maratón arrasados por las malas condiciones, emergió la figura de Kawauchi, el gran ídolo mundial de los atletas aficionados.
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“Es una gran actuación ganar el maratón de Boston, que es una de las carreras más prestigiosas del mundo. En unas condiciones horribles que todo el mundo detesta, Kawauchi logró conservar una mentalidad de acero, más que los otros corredores”, celebró el también japonés Toshihiko Seko, ganador en Boston en 1981 y 1987.
En un país donde el maratón es una religión y en el que se premian los valores de modestia y trabajo duro, Kawauchi ya es leyenda.
“Quiero mostrar que se puede ser competitivo a nivel mundial incluso si tienes un trabajo, como yo”, ha dicho Kawauchi en varias ocasiones.
Su victoria en Boston es la más prestigiosa en la carrera del atleta amateur, de 31 años, que ha conseguido cinco triunfos consecutivos: desde a Japón a Estados Unidos pasando por Taiwán.
El mes pasado fue reconocido por el Guinness World Recrods como el deportista que ha corrido el mayor número de maratones en dos horas y 20 minutos, con 78.
Y no cuenta con descansar y celebrarlo. Este fin de semana tiene un semimaratón en Gifu, centro de Japón. Allí sus compatriotas podrán honrar su hazaña en Boston.