Hay chuzos que aman estar metidos en el barro por puro gusto, pero les vamos a presentar uno que sabe bien lo que es ensuciarse por rescatar a quien esté en peligro.

Se trata de un Suzuki Samurai modelo 88, el cual tiene el motor nuevecito porque su dueño, Yeison Chaves, se lo cambió hace apenas tres semanas, pero ambos mantienen intacto el corazón de oro con el que han ayudado a muchos.

Este vecino de Alajuelita, de 29 años, es miembro fundador de un grupo muy especial, llamado “Brigada de emergencias BE 4x4 Costa Rica″, el cual es conformado por unas 15 o 20 personas con chuzos similares, que ayudan a personas en situaciones de riesgo como derrumbes, terremotos u otros sucesos.

“El carro está inscrito en la brigada y ha ido a cuatro operaciones que se planearon, con el huracán Otto y el Nate, también estuvimos en Aserrí en derrumbes que se han dado.

“Cuando se derrumba una montaña o una calle, nosotros vamos con los carros y hacemos camino, llevamos alimentos a personas damnificadas, llevamos motos con medicamentos, lo de la brigada ha sido la cereza en el pastel del uso que le doy al carro”, explicó.

El grupo incluso coordina con el OIJ y con la Comisión Nacional de Emergencias, pero suelen dar su mano a las comunidades tiempo después de las emergencias para no interferir en el trabajo de las instituciones oficiales.

“Cualquiera que necesite le echamos una mano, somos una brigada autónoma, sin fines de lucro, tenemos página en Facebook, donde se muestran las cosas que hacemos.

“No le voy a decir que yo no agarro mi carro y voy a divertirme a un barreal, también disfruto mucho eso, pero la brigada está para ayudar. Tenemos como un año y medio que dichosamente no pasa nada en el país, pero de ahí para atrás tuvimos tres o cuatro años tallados”, comentó.

Chaves recordó que en una ocasión hicieron un rescate en San Gabriel de Aserrí, de personas que quedaron atrapados por un derrumbe, esa vez salvaron a una señora que lamentablemente falleció a los tres días en el hospital.

Muy fuerte

Las llantas de 35 pulgadas de espesor de este chuzo están listas para entrar a cualquier camino, no hay sitio que se le resista, por lo que el Taxi, como le dice a su nave por el color, se mete a todo lado.

“Lo tengo desde hace seis años, lo compré sin ninguna modificación y poco a poco le he ido haciendo las cosillas que tiene. Actualmente ya es otro, lo único que tiene de Samurai es la caja y la carrocería, pero todo el resto se lo cambié”, explicó Chaves.

Tiene motor de Vitara, suspensión de Pathfinder, es una nave con piezas de muchas marcas y en la que su dueño ha invertido unos cinco melones.

Yeison no le da descanso al chuzo y es por eso que ya va por su segundo motor. El primero lo fundió al meterlo, literalmente, a todo lado, unas veces por gusto, a veces por rescate.

“También se trata de sacarle el jugo, hay mucha gente que nada más se dedica a hacerle y hacerle cosas, no lo usan para nada, yo le fundí el motor anterior, eso fue hace poquito, hace unos 22 días, el motor que tiene se lo acaban de montar”, contó.

Además, como suele pasar, este tipo de naves jalan la atención de muchos, por lo que ha participado en dos ocasiones en festivales y pasacalles en Alajuelita y Desamparados.

“El carro sí jala muchas miradillas, llama la atención a muchas personas, vieras los chiquitos, les encanta, se vuelven locos. Es que parece un carrito a control remoto, digo yo, se sorprenden por lo alto, me preguntan que cómo me subo”.