Jahmani Swanson, basquetbolista de solo 135 centímetros de estatura, ya es miembro del célebre equipo de los Trotamundos de Harlem, toda una hazaña para este neoyorquino, quien es hijo de una madre enana y un padre de talla normal.
Jahmani, alias "Hot Shot" (Tiro caliente), realizó su primer espectáculo con los colores de los Trotamundos y ya es el miembro más popular, ya que decenas de seguidores hicieron cola en el Barclays Center de Brooklyn para conseguir una foto o un autógrafo del pequeño jugador.
La mayoría de los adultos ignoraban la existencia de este basquetbolista enano de 1,35 metros, pero los niños lo conocen perfectamente gracias a algo que define hoy en día gran parte de sus referencias culturales: YouTube.
En los vídeos de Swanson, titulados "Mani Love", "Mani Fresh", "Lil Engine" o “The Athlete”, sus diferentes apodos de basquetbolista callejero, encadena driblings a menos de 20 centímetros del suelo, enfrenta al actor Jamie Foxx en un mano a mano, o encesta triples desde cualquier parte. Todo con un estilo espectacular.
"Creo que es un buen fichaje, simplemente por su tamaño. Eso llama la atención", se entusiasma Kenyon Pickering, un hombre que acude al espectáculo con sus dos hijos.
"Va a vender muchas entradas, está claro", indicó.
La llegada de Jahmani Swanson, que bate por 22 centímetros al jugador más pequeño de la historia, es una operación excelente de promoción para los Trotamundos de Harlem, que atraen dos millones de espectadores al año en sus cerca de 350 actuaciones, 230 de ellas en Estados Unidos.
Y aunque participa, igual que los demás, en las múltiples promociones y videos de la compañía, “Tiro Caliente” no es un animal de feria, sino un verdadero jugador de baloncesto.
Los cuestionamientos y las dudas sobre sus capacidades no son nuevos, y el nativo de Harlem ha tenido que enfrentarse a ellos toda la vida.
"Me pongo a prueba todos los días", dice este hombre de mirada dulce y sonrisa encantadora. “En cada gimnasio, en cada ciudad por la que paso, la gente me mira fijamente, y algunos ríen y se preguntan: ¿quien es este tipo tan pequeño? ¿Qué es capaz de hacer? Y cuando encesto la primera canasta, o hago el primer drible, enloquecen", agregó.
Swanson aprendió a andar y a hacer driblings prácticamente al mismo tiempo, recuerda Sabrina, su madre.
A muy temprana edad ya era imposible separarlo de su balón, que picaba al mismo tiempo que leía sus libros, y que se llevaba a la cama por las noches, después de haber vuelto locos a los vecinos del piso de abajo.
Cuando tenía ocho años, su madre lo inscribió en los primeros torneos: “Me dijeron que querían tratarle de forma un poco diferente”, recuerda. “Les dije: no, trátenlo como a los demás”.
Y aunque tuvo que trabajar “diez veces más” para dominar un balón y una canasta concebidos para deportistas cuarenta centímetros más altos que él, Jahmani se convirtió en un jugador como los otros.
”(Mi madre) nos acostumbró al tratarnos como si tuviéramos una altura normal”, explica. “Y así vivo mi vida. Cuando camino por la calle, mido dos metros”, finalizó.