El camino de un campeón siempre está marcado por situaciones que terminan por moldear su carácter.
Saprissa, como digno monarca, tuvo tres puntos altos que fueron fundamentales para alcanzar la estrella número 34 y acá los enumeramos.
1. "Vladi"
Saprissa venía de quedar fuera de la final del torneo de Clausura y el tiempo que quedaba entre un torneo y otro era mínimo cuando don Carlos Watson, entrenador morado en ese momento, anunció que no continuaba al frente del club.
La noticia puso a la dirigencia tibaseña a mover fichas y al final decidió echar mano de un entrenador de la casa.
Aunque Vladimir Quesada se le vino el mundo encima por no tener la licencia A que exige la FIFA, supo soportar las críticas diarias y llevar al equipo por buen puerto.
La primera virtud del Monstruo fue confiar hasta el final en su apuesta... ¡y le salió!
LEA MÁS: Vladimir Quesada tuvo licencia para dar la cara
2. Remontada
Ni el morado más morado pensaría que su equipo, luego de ir perdiendo 3-0 contra la Liga en la Catedral en el segundo tiempo, iba a terminar igualando a tres.
Esa casta, ese pundonor, esas fuerzas inagotables por no dejarse vencer le dieron vida a un Monstruo que parecía arrancar muerto la cuadrangular y le dio una inyección de positivismo al equipo.
Saprissa tomaba vida y de paso, le metía miedo al a sus rivales.
LEA MÁS: Saprissa ganó mucho más que un punto en la Catedral
3. Final en casa
Si hay algo que Saprissa tiene que agradecerle a la Liga, su eterno rival, fue haberle quitado seis puntos al Team porque eso le ayudó al Monstruo no solo a ganar la cuadrangular, sino también a cerrar la final en su casa.
La cueva, ese factor extra con el que cuenta el Sapri en cada mejenga, fue fundamental para sostener al equipo que, aunque había salido con vida de la casa de don Eladio, tuvo que sufrir más de la cuenta al jugar casi todo el partido con un hombre menos debido a la infantil expulsión de Heiner Mora, al 28'.