Washington Ortega, arquero uruguayo de Alajuelense, fue uno de los protagonistas del clásico ante el Saprissa este domingo en el que tuvo muchísimo trabajo y presión sobre sus hombros a lo largo de toda la mejenga.
El charrúa se mostró seguro, haciendo buenas tapadas y sin que el ambiente de la Cueva se lo comiera, sobre el cual más bien afirma que le gusta y está acostumbrado a enfrentar esa presión de la afición.
“Me sentí bien, la verdad, normal, si bien un clásico siempre es importante y queríamos ganar, al hincha de Saprissa no le tengo que decir nada, yo le debo a mi equipo, a los hinchas manudos. Ellos pueden decir lo que quieran, no soy de fijarme mucho en lo que puedan decir.
“Ellos también eligen un horario que saben que sopla mucho el viento en este estadio, en el primer tiempo era imposible jugar casi, sacar era muy difícil, la pelota se me iba mucho (por el viento), pero son cosas de fútbol, uno tiene que estar en todos los detalles, saber manejar ese tipo de cosas que antes de venir me lo diijeron mucho, al final muy caliente salimos porque teníanos el partido en el bolsillo y se nos escapó”, comentó.
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Además, explicó que le gusta jalar la atención y la presión porque sabe cómo manejarla y así no se enfoquen tanto en sus compañeros. Durante el partido se le vio hablando mucho y mandando en la defensa.
Ortega salió con una bolsa hielo en su mano izquierda por un golpe que tuvo en el primer tiempo, sin embargo no le dio mucha importancia.