Vladimir Quesada, técnico del Deportivo Saprissa, tiene un profundo respeto y agradecimiento por quien será el dedicado del Apertura 2024, el cuál llevará el nombre de don Rigoberto “Feo” Rojas.
A sus 86 años el exjugador del Monstruo y el Cartaginés disfruta en casa junto a su familia en Hatillo 3, tras retirarse luego de una vida dedicada al fútbol que arrancó hacia finales de los años cincuenta y que hasta los noventa aún estaba vinculado como técnico de ligas menores.
Mucha de la personalidad, manera de ser y trabajar de Vladi, que le ha deparado mucho éxito como entrenador, viene de las enseñanzas de un hombre que pasó por el mismo camino como don Rigo.
En algunas conferencias de prensa, Quesada ha mencionado a Rojas como un maestro, pues fue de las personas que lo formó desde que era un muchachito y de los que hasta le echó una mano para que debutara en la primera división.
La gratitud del técnico del tetracampeón por el “Feo” es tal que hasta le regaló la camiseta que usó en el Mundial de Italia 90, un recuerdo único e histórico que habla de la relación entre ellos.
En la casa de Rojas, además de muchos recuerdos que le dio el fútbol, como fotos en diversos países cuando dio la vuelta con el Saprissa en 1959, está la chema de Vla, la cual nos la mostró con orgullo para esta nota, así como una camiseta de la Selección de Costa Rica que usó en los años sesenta.
“Yo lo veo muy bien a Saprissa, creo que de nuevo va a salir campeón, sobre todo porque Vladimir se las sabe todas porque además es pupilo mío, aprendió bien”, nos dijo entre risas.
Cuando Marvin Rodríguez estaba de técnico en Saprissa en 1985, don Rigo era el asistente, quien ya tenía rato trabajando en las ligas menores moradas y hasta había dirigido al primer equipo en 1983. Uno de los consejos que le dio Rojas a don Marvin fue que le diera chance a un joven lateral derecho que debutó ese año.
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“Vladimir siempre lo ha dicho, yo fui el que le dio la oportunidad para ir al mundial. Cuando él estaba en liga menor, en juveniles, yo estaba como asistente de Marvin Rodríguez y siempre le decía, ‘Marvin, vea ese carajillo, tiene buena pinta, vea a ese carajillo, póngale atención’
“Vladimir siempre fue flaquillo y cuando jugaba era todavía más, pero era muy rápido, entonces yo le decía a Marvin que lo viera, que le diera chance hasta que lo puso, yo siempre fui entrenador de promesas, por eso lo conocía desde niño y bueno, pegó y vea la trayectoria que hasta llegó al mundial.
“La camiseta del mundial que me dio Vladimir viera cómo me la han querido comprar, ha llegado gente, pero no, no, yo no la doy”, destacó a La Teja el maestro.
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Rigoberto Rojas puso primera piedra para Vladimir Quesada
El agradecimiento no es para menos, una vez que se consolidó, Vladimir nunca volvió a salir del Saprissa, único equipo en el que jugó durante su carrera en el que alcanzó 400 partidos a lo largo de 15 temporadas, según los datos del periodista José Antonio Pastor en el libro Historia de lucha, pasión y goles lanzado junto Javier Rojas González.
Para don Rigo ver el éxito que ha alcanzado Vladimir es algo que lo llena de orgullo, pues le alegra ver que la semillita que plantó en él se refleja en las enseñanzas que ahora transmite a los jugadores.
“Él tiene una manera muy buena de tratar al jugador y eso le ayuda, porque hay entrenadores que los jugadores les llevan lima porque los tratan mal, pero Vladimir con el modo que tiene de ser creo que no ofende a nadie, en eso ha pegado. Él siempre me ha recordado muy bien, es algo que le agradezco mucho, si usted le pregunta a él por mí verá lo que le dice”, destacó.
Aún hoy por teléfono maestro y pupilo hablan de vez en cuando y hasta le da uno que otro consejo, una muestra que el famoso ADN saprissista no es algo que se inventó ayer, sino que se ha transmitido por muchas generaciones en un legado de cómo hacer las cosas.
Rigoberto Rojas fue el formador de una generación en Saprissa
Así como en Alajuelense estaba Juan José Gámez, en Saprissa “Feo” Rojas formó a un montón de jugadores durante los años setenta y ochenta, que luego fueron exitosos en el fútbol nacional.
Las vivencias de don Rigo se remontan desde la histórica vuelta al mundo que dio con los morados cuando solo tenía 20 años y daba sus primeros pasos en el club, llegó justo a tiempo para ir.
Un año antes de la vuelta al mundo, este goleador de raza fue enviado al Cartaginés, pero al ver que siendo un carajillo rapidito la rompió con los brumosos, el español Eduardo Viso Abello, técnico del Monstruo en ese entonces, lo pidió de inmediato de vuelta.
“El homenaje es para mí, pero hay muchos que merecen este honor, estoy representando a todos los jugadores que han pasado, yo conocí a jugadores en Puntarenas, San Ramón con Toribio Rojas, un gran amigo mío, pero es un homenaje para muchos que incluso tal vez ya no están de los jugadores que fueron a la vuelta al mundo, me pongo a ver la foto y ya casi ninguno está”, dijo con nostalgia.
Don Rigo, además, reflexionó que ha podido llegar a sus 84 años con salud, lúcido y tranquilo por la manera cómo vivió a lo largo de la vida, a diferencia de otros jugadores que no eran tan bien portados.
“Una cosa es portarse bien, yo tuve compañeros y amigos, muchos jugadores que por tomar licor al momentico se fueron. Uno se tomara un traguito en una fiesta, pero nada más y además que yo nunca fumé y creo que eso es muy importante.
“Actualmente me han estado haciendo exámenes y todo me ha salido bien por dicha, ojalá que así siga, porque todo ha salido bien y fue por esa manera de ser”.
Arrimarse a buenos ejemplos y vivir de buena manera es una fórmula que para Rigo ha sido muy exitosa tanto en el fútbol como en la vida y que deparó a pupilos como Vladimir.