Saprissa y San Carlos se fueron en pura hablada con un 0-0 de esos muy feos a los ojos, sin brillo, sin fútbol y sin corresponder a las expectativas de una mejenga que era vital para ambos.
En Ciudad Quesada se jugaba el partido de la jornada por su implicación en la tabla y los equipos que enfrentaban, pero por lo visto en la cancha fue muy discreto.
Pueden echarle la culpa a la gramilla del Carlos Ugalde, que todos sabemos está hecha leña y cuesta mucho hacer buen fútbol, pero también lo dispuesto por los equipos se quedó corto, ellos también deben asumir su cuota.
La cancha no tuvo nada que ver cuando, a los nueve minutos, Javon East entró al área y estaba frente al marco de Danny Carvajal y en lugar de rematar se tiró pidiendo penal, pero el réferi Steven Madrigal no se le compró y hasta le pitó falta en contra por agarrar a un contrario.
El terreno, que es más caucho que otra cosa, no influyó tampoco para que Deyver Vega eligiera mal en una ocasión clarísima que tuvo frente a Danny. El extremo morado hizo un disparo con poco ángulo cuando tenía a Joseph Mora entrando solo por el centro del área a los 20 minutos.
¿Qué culpa tiene el césped cuando Javon la tuvo frente a marco, pero el remate acabó otra vez en las manos de Carvajal? ¿En Tibás, en una cancha de primera, no las falla igual? Uno de los puntos que más le recriminan al jamaiquino, es la poca efectividad que suele tener frente a marco.
Mejor dejemos de hablar de la cancha y veamos que para los tibaseños, una vez más, ante la ausencia de Mariano Torres el equipo fue poco claro en la generación de juego y ocasiones de peligro.
Una lesión muscular fue el motivo por el que el capi se perdió un partido más esta temporada, de casualidad, otra vez en una sintética. Pareciera que este detalle sigue siendo más importante de lo imaginado.
De feria, otro de los que vive un buen momento, como Luis Díaz, quien es de los rapiditos, claros con la pecosa e incisivo por los costados, tampoco estaba, pues se recupera de una lesión de tobillo.
Para Saprissa el asunto era clarísimo, ganar lo metía en el segundo lugar con un partido más que San Carlos y aseguraba clasificación al sacarle seis puntos a Guanacasteca, quinto lugar y siete a Cartaginés, sexto, con solo dos encuentros más por jugarse.
¿Por qué clasificado si Guana podría empatarlo en puntos? Los pamperos tienen una sanción administrativa que con cualquier igualada con otro rival llevan las de perder, por eso ganar era amarrar el pase para la S.
El asunto es que más allá del tema númerico, el tetracampeón sigue despertando dudas en su juego, un plantel que no puede sostener un nivel parejo, que le gana a la Liga con brillantez, pero luego suma dos empates al hilo que ponen a pensar a muchos.
A ver, Saprissa sigue teniendo en sus manos la posibilidad de ser segundo, si le gana a Liberia el próximo jueves será sublíder, pero ahí está el detalle decía Cantinflas, ¿se puede confiar a ojos cerrados que el Monstruo ganará en su visita ante los pamperos con lo mostrado últimamente?
En el segundo tiempo de la mejenga fue la confirmación que, a pesar del discretísimo juego, San Carlos está para competirle a los morados si se los toparan más allá, al menos a esta versión morada llena de dudas sí. Habría que ver si en la otra ronda el apelar al nombre y la tradición ayuda de algo.
Porque en el complemento si alguien mereció más fueron los Toros; los cambios al Sapri no le sirvieron en lo absoluto y los locales se la creían para tocar el área morada. Fue Esteban Alvarado, quien una vez más se tuvo que sudar la chaqueta para salvar el asunto.
A los 58 hizo una tapada ante un remate lejano que llevaba sello de gol, pero es verdad que, tal vez, le faltaba un poco de fuerza en ataque. En esta ocasión, Jonathan McDonald no la pegó ante su principal víctima o en la última jugada la ejecución de Josimar Méndez o Gabriel Levia fue mala.
Como malo fue el empate en el norte, no solo por el fútbol, sino porque les dio agua a otros para que se acerquen y sigan con la ilusión de meterse, que lo digan Herediano, Guanacasteca y Cartaginés.