Saprissa está a tres partidos de la 40, lo decimos porque luego de triunfar 1-0 como visitante en el duelo de ida de las semifinales ante San Carlos, no se ve por dónde no clasifique a la final.
Si antes que arrancara la serie pocos le creían a San Carlos, ahora que pueda ir a Tibás a ganar por dos goles, quitarle al Monstruo un invicto de 19 partidos y de paso cortar una racha de seis partidos sin ganar, suena a toda una utopía.
Es cierto, en esta vez a Saprissa no le fue un jamón el partido como el de la semana pasada (venció a San Carlos 3-0), pero al final de cuentas si nos fijamos en el resultado, tal vez no de manera tan pesada, fue la misma historia.
Desde que la pecosa empezó a rodar, San Carlos tenía claro que si tenía una oportunidad en la serie, era en casa y por eso salió a presionar con hambre y ganas.
En solo tres minutos de partido Gabriel Leiva probó en tres ocasiones a Kevin Chamorro, para meter a todos de una vez en el juego, jugadas clarísimas que no acabaron al fondo por un meta concentrado.
Al ver el ímpetu del rival, la S no se quedó atrás, Ariel Rodríguez respondió a los siete minutos con un cabezazo que tenía pinta de gol, pero que Danny Carvajal sacó en otro tapadón. Duelazo de porteros.
La mejenga arrancó a todo tren, no se detenía y hasta pudo abrirse el marcador pronto si se pitaba un penal que cometieron sobre Javon East, un agarrón en el área que según Henry Bejarano, analista arbitral de La Teja, se comió el árbitro Bryan Cruz.
César Yanis fue el que casi anota a los 13 minutos en una entrada por la derecha, pero le faltó visión ante el buen achique de Chamorro para ver que Jonathan McDonald venía entrando solo por el centro, se cansó su compañero de pedírsela.
Luego volvió a aparecer en la otra área, por la derecha también se quitó un par de marcas y el remate se le fue un poco arriba, pero las opciones no cesaban de lado a lado, que juegazo teníamos en solo 15 minutos, imagínese.
Lamentablemente, el vertiginoso arranque no se pudo sostener y la intensidad fue mermando poco a poco dándole espacio a los hachazos, el juego brusco y el pelotazo, al punto que en algunos momentos el asunto parecía --como dijeron en la transmisión de Tigo Sports-- un partido de ping pong, ya que la pecosa rebotaba de lado a lado.
No es que las opciones dejaran de llegar, San Carlos de hecho tuvo más, pero no con la claridad o con la manera que las construyó en los primeros 15 o 20 minutos.
Yurguin Román y Roberto Córdoba tuvieron un par de tiros libres que se fueron desviados, Sebastián Acuña tuvo una afuera del área y hasta a Leiva le anularon un gol al cierre del primer tiempo por una posición prohibida clara.
Saprissa también se acercaba, no con tanta claridad y más bien a veces se enredaba en un juego brusco que le sumaba poco, muestra de ello la tarjeta amarilla a Mariano Torres por una falta en la que le sacó la dientona a Marco Julián Mena.
Un primer tiempo que pintaba lindísimo al inicio acabó en una mejenga, así en el más puro y llano significado, sin nadie que dominara o pudiera armar nada.
Cayó el gol
En la segunda parte nadie se salió de eso, poco por decir salvó una jugada en la que el Monstruo demostró la calidad, colmillo y olfato de sus rivales para llevarse la mejenga.
Una falta en media cancha, que no pintaba a generar peligro alguno, larguísimo del marco, Mariano se avivó y como el más listo de la clase cobró rápido el tiro libre, adonde apareció David Guzmán en el segundo palo para de cabeza mandarla a guardar y meter el único tanto del juego al 72.
¡Guzmán dice presente! Conexión Mariano-David para el primer gol morado pic.twitter.com/IbZQYhy3ty
— Tigo Sports Costa Rica (@tigosports_cr) May 17, 2024
Un minuto después cayó el otro golpe para los Toros, cuando Alejandro Cabral se fue expulsado por acumulación de amarillas. Dos fallos garrafales, pues en la jugada del gol, midió mal la pecosa para que el Loco pudiera cabecear, le arrancó rabos y orejas a los suyos con dos tortas seguidas.
San Carlos pulseó el empate, pero salvo un cabezazo de Brian Martínez, a los 96, que se comió solo frente al marco, no anduvo cerca, suena a asunto liquidado esto.