Saprissa hizo leña del árbol caído, humilló a un Municipal Grecia sin alma ni elementos futbolísticos para enfrentarlo. El 7-0 se quedó corto, eso resume todo el partido.
Hay ocasiones que el fútbol nos muestra diferencias tan abismales, tan marcadas, tanto en condiciones, de juego, en momentos, en muchas cosas y eso ocurrió en la Cueva.
Era el partido ideal para que el Monstruo retomara confianza luego de un empate en Pérez Zeledón con muchas bajas que lo hizo dejar dos puntos, lo que aprovechó Alajuelense para aumentarle la ventaja en la cima. Ganar, golear y gustar ante el flancito del torneo, eso pasó en Tibás.
Conseguir dos de 30 puntos posibles suena casi a absurdo, algo que no esperaría de un equipo profesional y menos en una primera división. El rendimiento de Grecia es algo que no corresponde a un club que quiera competir en esta liga, por eso las críticas.
Que Saprissa le gane a Grecia no debería ser noticia en ningún lado, y no por menospreciar a las Panteras, pero el peso de la historia es lo primero que lo dice,. Por eso acá el drama de los manudos no es haber perdido con el Monstruo, sino su terrible momento del que no muestra cómo salir.
Cuando cayó el primer gol de la S, a los nueve minutos, nadie se asustó, a pesar que en esos instantes los visitantes hasta lucían un poquito mejor, pero a Saprissa es imposible ganarle si no aguantas ni diez minutos atrás.
El remate de Warren Madrigal, un derechazo de seguido tras un pase por arriba no era tan potente. La pecosa picó dos o tres veces antes de llegar al marco donde se vio muy mal el meta Randall Aguinaga, quien vio el primer dardo en su jaula.
Así de fácil abrieron el marcador los tibaseños; lo hicieron ver tan sencillo como se lo imaginaba más de uno en la previa de este partido y no es que queramos menospreciar en demasía a los griegos, es que desgraciadamente para ellos, no han hecho nada para convencer de lo contrario a nadie.
Saprissa entraba al área con la misma tranquilidad y facilidad con lo que hoy millones de costarricenses salieron a las calles a participar de los desfiles por el Día de la Independencia, sin nada que los atrasara y en ocasiones hasta que les estorbara.
Un ejemplo fue el tanto de Ariel Rodríguez, a los 24 minutos; insólito, de esos que solo se los hacen a los equipos en canchas abiertas, porque no hay cómo explicar que el centro delantero estuviera tan solo, como si solo aguardara a que le llegara la bola.
Fidel Escobar estaba frente al área, levantó la cabeza a ver dónde estaban sus compañeros y al ver al Samurai solo con su soledad, de inmediato, le filtró un servicio que dejó a su compañero de cara al gol.
Ariel hizo lo que le dio la gana; estaba ubicado al lado izquierdo del área mientras que toda la zaga griega estaba metida en el centro marcando a cualquiera, menos al que tenía la bola. Rodríguez se acomodó y definió a su antojo. Muy fácil todo.
Vladimir metió cambios, dejó jugar unos minutos a dos fichas que actuaron con la Sele en los fogueos en Europa, como Youstin Salas y Jeffry Valverde, y sacó a Christian Bolaños, quien por primera vez en el torneo fue titular.
Lo de los griegos en el segundo tiempo daba pena, cuatro goles recibidos, todos con la misma facilidad.
Orlando Sinclair se metió por la banda derecha, hizo dos o tres fintas, un par de amagues y se llevó con enorme facilidad a la zaga visitane para poner el pase hacia atrás y que el cubano Luis Paradela definiera al 63.
Tres minutos después apareció el gol de Kendall; un centro de Ulises Segura desde la derecha, cayó al centro del área donde surgió la Torre para definir con mucha sencillez ante la tibia marca de Lucien Galtier, a quien le ganó muy fácil el salto.
Lo del quinto fue un relajo, Rodrigo Noya se la devolvió a Aguinaga y tratando de pararla, Sinclair se la quitó y definió para el 5-0. El sexto fue gracias a una corrida de Jeffry desde la derecha, quien tras entrar al área ubicó a Paradela, que, otra vez, cerró al primer palo. El sétimo fue un cabezazo de Sinclair al 88.
Jugarle a Saprissa con este nivel es una garantía de lo que sucedió, jamás podía pasar otra cosa, el fútbol no es tan complicado de ver.