Marcel Hernández tiene seis años en el fútbol de Costa Rica y desde que llegó ha marcado diferencia, ha dejado huella en los tres clubes que ha estado, por sus goles o récords, y aún tiene historia por delante que lograr.
En una charla que La Teja tuvo mano a mano con el atacante rojiamarillo, recordamos un poco su carrera, sus logros y hasta la manera cómo llegó a Tiquicia en el 2018, de una manera muy poco convencional.
Hay una creencia de que Paulo Wanchope, técnico del Saprissa, fue quien lo vio y lo trajo a Costa Rica cuando estaba en el Cartaginés; sin embargo, el isleño nos aclaró que eso no fue así y que aunque primero llegó al cuadro blanquiazul, bien, bien lo pudo haber hecho a cualquier otro equipo tico.
Si los dirigentes o gerentes en aquel momento hubiesen aceptado, Marcel pudo haber llegado gratis a equipos como Saprissa, Alajuelense o Herediano, pero el único que le dio bola en su momento fue Chope con los brumosos.
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“Mi agente contactó a todos los clubes de primera división de Costa Rica, me ofreció a todos y Paulo Wanchope fue el único que me quiso dar la oportunidad, que se interesó, que pidió un video y me dio la oportunidad de venir acá a probarme, eso yo se lo voy a agradecer de por vida.
“De doce equipos a los que se les tocó la puerta, solo él tuvo la mentalidad y la visión de darme la oportunidad de venir, eso es lo que yo necesitaba, solo una oportunidad”, explicó.
Lo que para unos pudo ser gratis, tiempo después les terminó costando una millonada, mientras que para otros será un sueño que nunca se cumplió.
“He tenido conversaciones con gerentes deportivos, con presidentes de otros clubes que me dijeron: ‘Que difícil es la vida, ¿verdad? nos presentaron tu ficha, pero al ser cubano, pues no, ni modo’”, recordó.
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Marcel suma 140 goles en Tiquicia, es el máximo goleador extranjero de la historia nacional en un total de 261 partidos.
“Yo me acuerdo de una frase de Wanchope, que quería que yo fuera nueve, y me dijo: ‘Te vas a cansar de hacer goles acá, por tus características como futbolista’. Yo no lo creía, no voy a mentirte, yo no lo creí cuando me lo dijo y empecé a entrenar individualmente con él para poderme hacer nueve, pero él sí tuvo la visión de hacerlo.
“Él también me dijo que no duraba seis meses en Costa Rica, solo duraba ese torneo y me iba al extranjero, por cosas ajenas no me pude ir, pero en octubre tenía firmado un precontrato en Corea. Wanchope sí tuvo la visión y luego hay un convencimiento grande de mi parte de poder hacer historia, yo como cubano no tenía margen de error, a eso me aboqué todo el tiempo. Yo, tres años y medio después de mi llegada a Costa Rica, no conocía una playa, es parte de la consistencia que tuve yo de no tener un día de descanso, entrenar tres veces al día, en eso yo le doy mérito a Marcel”, recordó.
Hernández comentó que antes de llegar a Costa Rica él no era delantero y que acá se metió a ese puesto en el que acabó siendo el mejor en números. “Yo nunca había jugado nueve, es algo que no hacía, Wanchope fue el que me convenció de poder jugar nueve”.
Identificado con el Team
Marcel Hernańdez llegó hace ocho meses al Herediano y en este periodo se le ha visto muy cómodo, casi como un pez en el agua, no solo por lo visto en cancha, sino por los números, en 36 partidos lleva 15 goles y 4 asistencias.
Jafet Soto, presidente del Team, ha dicho muchas veces que su equipo tiene algo mágico y que jugador que llega a la institución, más allá de defenderla por profesionalismo, muy rápido se enamora y se vuelve florense.
¿Será que Marcel ya tiene el corazón rojiamarillo pese a que le juró su amor eterno al Cartaginés? El atacante le respondió a La Teja de manera muy sincera.
“Yo no te voy a mentir, apenas llevo ocho meses acá, pero me siento muy feliz y contento, demasiado feliz por lo que he estado viviendo acá, por el momento en el que estoy, por la confianza que me da la directiva, los compañeros que tengo, que son increíbles, y solo el tiempo dirá qué tanto se da (el cariño por Herediano), creo que ahí está la palabra, el tiempo, esperemos que las cosas pasen, ir paso a paso, día a día, vivir cada día como si fuera el último. Sí te puedo decir que siento una felicidad enorme de estar acá”, destacó.
Para el atacante el cambio era necesario, en su último año en Cartaginés ya no la estaba pasando bien por los roces con la directiva y hasta con el cuerpo técnico, uno de los motivos por los que se siente tan a gusto en el Team.
“Sí, sí, creo que sí, uno tiene que tomar todos los retos de la vida con la mejor de las actitudes y este no sería la excepción, sabía el reto al que me enfrentaba, la presión que tenía por hacer las cosas bien, al final con la ayuda de mis compañeros, la confianza que me ha dado la directiva y el cuerpo técnico, las cosas han ido marchando de buena manera”, explicó.