Martín Arriola estuvo fuera de los banquillos desde marzo del 2024 cuando dejó Alajuelense unos días después del despido de Andrés Carevic y desde entonces no se había visto en primera división.
Para el Clausura 2025, San Carlos confió en el uruguayo, lo sacó del refri y le dio su equipo en un semestre que es casi de reconstrucción tras muchísimos cambios en general.
De feria, el estreno les tocó nada más y nada menos que ante Saprissa, una prueba que siempre es durísima y que a Arriola hasta le recuerda algunas polémicas que tuvo ante los morados cuando estaba en la Liga.
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Tras clasificar a dos semifinales al hilo, Martín sabe que debe sostener un ritmo que parece difícil porque además de la competencia de los otros clubes, perdieron a muchas figuras importantes, cambió el técnico y hasta el gerente de la institución se fue.
“Nosotros siempre tenemos la meta de pelear por lo más alto, los cambios significativos que ha tenido el club no deben ser un obstáculo para seguir en esa línea, trabajamos para eso, queremos buscar la forma de clasificar, sabemos que es difícil y queremos consolidar el lugar que nos dejó el cuerpo técnico anterior para clasificar a Copa Centroamericana (tercero con 39 puntos en la tabla general)”.
Arriola afirma que estos meses lejos del fútbol, además le sirvieron para despejarse un poco tras dos años de trabajo muy intensos en Alajuelense como asistente de Carevic.
“No fue algo premeditado el estar sin trabajo, fue circunstancial, pero sirvió mucho para descongestionar lo que fueron dos años en un club con tanta presión y lo veo también para mejorar en el día a día, crecer a nivel profesional, contento de estar dirigiendo de nuevo, porque es lo que nos apasiona y gusta, por lo que vivimos”, añadió.