Ligia Madrigal se convirtió en un símbolo de valentía, coraje y fortaleza luego de convertirse en la primera costarricense en alcanzar la cima más alta del mundo, el monte Everest, toda una hazaña.
En su corazón y mente además de su familia, amigos y todo un país, estaban todas las mujeres ticas y a pesar de estar a miles de miles de kilómetros de distancia, las noticias de los femicidios en Costa Rica le llegaron, algo que le estremecía el corazón.
Para dar una referencia, durante el 2023 hubo más femicidios en Costa Rica (19) que muertos intentando escalar el monte Everest, los cuales ascendieron a 18 según el sitio Himalayan Database, el cual se coronó como el año más letal en la historia para la emblemática montaña.
Al ver estas cifras y sumarle las 20 mujeres que han muerto de manera violenta en lo que va del 2024 y las dos que se consideran femicidios hasta el 10 de abril, Madrigal además de dar consejo a muchas mujeres ha decidido actuar en favor de ellas por una promesa que le hizo a Dios si le permitía volver con bien del Everest.
“Ha sido un tema muy duro, yo desde allá (Nepal) vi todas las noticias, yo siempre he sido pro mujeres, de demostrarles que podemos hacer cualquier cosa, cero contra los hombres, tengo hombres en mi vida superimportantes, que son de gran apoyo y es una situación muy triste.
“Yo le prometí a Dios que si me llevaba de vuelta con vida, si me devolvía con mi familia y me daba alguna visibilidad por lo que estaba haciendo trataría de luchar en favor de las mujeres, de una manera pacífica, de una manera positiva”, comentó a La Teja.
Luego de bajar del techo del mundo, el siguiente paso de Ligia es motivar a otras mujeres para que junto a ella exploren montañas y caminos de una manera recreativa y demostrarles que son muy valiosas y todo lo pueden alcanzar, que no se dejen hacer menos por nadie.
“Quiero hacer grupos de mujeres que vayamos a la montaña, a caminar, a pasar un rato, porque allí uno conversa, uno puede saber lo que están pasando, que sepan que hay una solución, que no están solas. Si tienen miedo, si su pareja no sirve, que su relación no sirve, hay que salir de eso, no hay quedarse ahí.
“Me gustaría tratar de motivar mujeres, darles el mensaje, porque yo encuentro la paz y resuelvo todos mis problemas en las montaña y acá en Costa Rica tenemos montañas maravillosas, por lo que me gustaría hacer un espacio donde las mujeres puedan ir, caminar, pasar un rato diferente y conseguir un poco de esa paz tan grande que tengo yo”, nos explicó.
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Ligia Madrigal aprendió a vivir con el miedo
Es imposible subir una montaña como el Everest y no sentir miedo, es algo lógico y natural, no tiene nada de malo sentirlo, lo que uno no puede dejar es que el miedo lo domine a uno y lo mande.
Al subir este coloso es inevitable temer por la vida, allí es donde la mente y la confianza entran a jugar un papel fundamental para hacer un balance vital. El temor a la muerte se puede sentir de muchas maneras, este no debe paralizarlo.
“Cuando empieza a hacer alta montaña uno sabe que es un deporte peligroso, como todos pueden serlo y claro, en algún momento la mente piensa ‘pucha, uno podría morir aquí'. Yo traté de concentrarme en la estadística de la gente que sobrevive, lo logra y vuelve a su casa, que es mucho más alta que la que muere y me concentré en cuál estadística quería estar. Me preparé muy bien, iba con un guía muy responsable, tenía todo para que fuera algo posible y positivo al final”, destacó.
El momento en que la vio más feo fue cuando casi se cae por una grieta, ya que resbaló y estuvo guindando a unos 200 metros de altura, confesó que realmente sintió su vida en peligro y temió no contar el cuento.
“Me agarró de sorpresa, es un miedo del que todo mundo habla, caerse en una grieta de esas y cuando pasó me decía, ‘no puede ser que me esté pasando a mí y al puro principio’, pero rápidamente se transformó en algo positivo porque reaccioné de la mejor manera, no perdí la calma, mi sherpa reaccionó de inmediato, me rescató y todo salió bien.
“Al final, después de eso yo me dije, ‘puña, caí en una grieta, la peor pesadilla en la que uno podía pensar y sobreviví porque reaccioné bien’. Yo venía conociendo a mi sherpa y luego que me rescató se creó un vínculo muy fuerte con él, incluso me dijo que reaccioné muy bien, entonces de una situación muy peligrosa de la que tuve miedo, se creó un gran impulso de confianza”, explicó.
Madrigal nos dejó con el consejo de cómo combatir el miedo para que no gobierne su vida.
“Tener miedo es algo natural, yo tenía miedo de muchas cosas, entre ellas de perder la confianza en mí y no tener la capacidad de avanzar y lograr lo que me plantee.
“Tener miedo es natural, pero se supera concentrándose en el hoy, vivir un día a la vez, avanzar. El miedo se desaparece cuando usted empieza a hacer algo y avanza y se concentra en lo siguiente que puede lograr”.