Lamine Yamal, la gran perla y figura del FC Barcelona, tiene un gemelo en Costa Rica con quien guarda un parecido físico que a muchos impresiona y genera bromas en Santa Cruz, Guanacaste, donde vive su versión tica.
Algunos podrían decir que, técnicamente, más bien el jugador culé se parece a Giankarlo Romulus Gómez, dado que el costarricense es un año mayor, tiene 18, mientras que el seleccionado español tiene 17.
El caso es tan impresionante que Giankarlo nació el 12 de julio del 2006, mientras que Lamine exactamente 366 días después, el 13 julio del 2007, ambos cuentan con dos nacionalidades y su padre no nació en el país que representan.
Romulus juega para el alto rendimiento del Municipal Liberia y ya está entrenando con el primer equipo, le ilusiona mucha la posibilidad de hacerlo pronto y tiene una combinación de nacionalidades bastante peculiar.
El chamaco nació en Maryland, Estados Unidos, país en el que se conocieron sus padres y en el que vivió hasta los 10 años, su papá es haitiano y su mamá, orgullosamente, guanacasteca (el Lamine original es español y marroquí, su tata es de Marruecos y la mamá de Guinea ecuatorial).
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Cuando se vino para Tiquicia a vivir con su mamá, ya traía el gusto por el fútbol, deporte que empezó jugando en Estados y con el tiempo lo tomó más en serio hasta darse cuenta que realmente tenía condiciones para dedicarse a eso.
Eso sí, entre ambos hay un par de diferencias notables en lo físico, el tico mide 1,91 metros, motivo por el que es defensa central, mientras que el culé mide 1,80 y es extremo.
A Giankarlo actualmente casi que solo lo llama de esa manera, su mamá, doña Karla Gómez, porque lo que son sus amigos, compañeros del club y muchos conocidos, ahora solo Yamal le dicen.
“Hay algunos que llegan al equipo y solo me reconocen por Yamal, hay algunos que solo me dicen ‘Yamal, Yamal, Yamal”, y hasta después se dan cuenta que ese no es mi nombre, porque desde que llegué al equipo me dijeron de ese parecido, y así me quedó el apodo ya, Lamine Yamal”.
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“Ya me acostumbré, porque desde que llegué al equipo me tienen con ese apodo, y ya me quedó, tanto que si dicen Yamal, yo ya sé que se refieren a mí y hasta vuelvo a ver, desde que llegué fue así”, comentó el muchacho a La Teja.
Gianka sí reconoce que el parecido es bastante y no es solo por tratar de compararse con un futbolista famoso.
“Sinceramente sí, hay algunas fotos que mandan o videos donde sí me parezco mucho, la verdad sí se ve el parecido, ha sido parte de todo lo que han dicho”, añadió.
Se siente tico
Giankarlo o Yamal, a pesar de tener la nacionalidad gringa, se siente muy tico, es el país que lleva en el corazón, del que es toda la familia de su mamá y del que heredó todas las costumbres.
“Yo la verdad me considero de los dos porque tengo las dos nacionalidades, pero si me preguntan: ‘¿Qué es usted?’, digo que yo soy tico, tengo muchos años viviendo acá, la familia de mi mamá es tica también, entonces ya me siento tico, la verdad. Ya me acostumbré a vivir acá, he vivido los años más importantes de mi vida acá en Costa Rica, entonces es un orgullo decir que soy tico”, comentó.
A pesar de que sus primeros años se tiró los tiró en Estados, uno lo oye hablando y es como cualquier costarricense.
“De hecho, la gente no sabe eso de mi historia, al menos que alguien más les diga o yo mismo les comente que yo nací allá, cuesta que sepan eso, porque aparento ser santacruceño puro, pero a mucha honra”, destacó.
Por el lado de su papá nació con el gusanillo del deporte y fue él quien lo llevó a sus primeras mejengas.
“Mi papá ha sido muy amante del fútbol toda la vida, la familia de mi mamá también, mis abuelos son muy amantes del fútbol, mi tío también, son muy liguistas, mi familia es muy liguista y yo desde los 4 años empecé a jugar fútbol en los Estados Unidos, y desde ahí no he parado.
“Aquí en Costa Rica fue que agarré ya más serio la cosa, estuve en Guanacasteca, entré a los 15 años y empecé a tocar el fútbol de primera división, empecé en la U-15, pasé a Liberia, adonde he agarrado más oportunidad y siempre intentando llegar al sueño que es jugar en primera división”, explicó.
Por su juventud, su físico y altura apenas a sus 18 años, Yamal se ilusiona que esa oportunidad le llegue pronto, por qué no en esté torneo, de la mano del técnico paraguayo José Saturnino Cardozo, quien le ha dado oportunidad a otros talentos jóvenes como como Sebastián Padilla, compañero suyo en el Alto Rendimiento.
Hay grandes sueños en puerta, él ve ejemplos como el de Jeyland Mitchell, con quien comparte puesto y hasta similudes, poder dar el salto a un equipo grande en algún momento, selección nacional o hasta el extranjero y a futuro ver que el Lamine Yamal tico también puede ser material de exportación.