Todo parece indicar que de una semana a otra pasaremos de confiar en un proceso de la mano del profe Gustavo Alfaro, a encontrarnos en una crisis en la Federación.
Estamos a nada de quedarnos sin un buen técnico, pero a la vez agradezco que se va, porque lo último que deseo son personas que besan escudos, banderas y hablan de su equipo en redes sociales, pero jalan ante el menor atisbo de más dinero, dejando un proceso e ilusiones destrozadas.
El pasado domingo, los morados vivimos un día repleto de fútbol con la actividad en beneficio de la Fundación Saprissa, muchos influencers y exjugadores se reunieron en la Cueva para un partido amistoso, en donde no faltaron las risas, los memes y una que otra chicana de que cierto presidente juega más que algunos delanteros de nuestro equipo.
Terminando la actividad, comenzaba la final del continente europeo, me hubiera gustado decir Inglaterra campeón, era mi deseo total, pero no se puede negar el poderío español en un torneo donde no perdieron un solo partido, desplegando un fútbol voraz con una generación que combina a la perfección juventud, velocidad y madurez, muy diferente a los que la ganaron en 2008 y 2012 bajo otro estilo.
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La jornada terminó con el bochornoso espectáculo de la final de Copa América en Miami, la “provincia” latina de Estados Unidos. Las imágenes hablaron por sí solas, las condiciones estaban para que sucediera lo peor, pero por dicha no pasó a más. Argentina peleó al máximo, sacó el resultado y es bicampeona de América, ¿qué dirán los haters ahora?
Lo del espectáculo del medio tiempo no me dan ni ganas de comentarlo, están matando al fútbol, señores, nadie quiere conciertos en medio de 15 minutos y a lo que vinimos.
Conmebol, FIFA y Shakira, vayan a facturar a otro deporte.