Herediano otra vez pegó primero, con la misma dosis de las semifinales, un 2-0 con el que está a solo 90 minutos del título 30 y que deja la sensación que si no es una sentencia está muy cerca, porque en fútbol y lo mental, le ha dado un revolcón a Alajuelense muy fuerte.
La gran final terminó siendo una copia, una extensión de lo que fueron las semifinales entre estos dos equipos, con los mismos roles y hasta el mismo juego mental en el que los manudos se fueron pollos.
La Liga entró desconcentrada al partido porque un marco era más alto que el otro, eso sí, esto nada tiene que ver con el resultado ni lo que pasó en cancha.
La cabaña al lado norte, donde le tocó iniciar el encuentro a los manudos es entre diez y doce centímetros más alto que en el que empezó el Team, denunciaron los alajuelenses, situación que los árbitros verificaron y comprobaron que es así.
Pero eso en nada tuvo que ver en el hecho que otra vez los manudos no supieron conectar más de tres pases seguidos a lo largo del juego, generar sensaciones de peligro o, al menos, ser exitoso en defenderse.
Guima cambió mucho su alineación respecto al torneo pasado, pero al final el resultado fue similar ante un Herediano que tuvo las mejores opciones del partido, especialmente en el primer tiempo.
La Liga apostó a defenderse en esta ocasión, por algo dejó en banca a Diego Campos, Alberto Toril y hasta mandó a Jonathan Moya a la gradería, por los primeros 20 minutos no sufrió mucho, pero poco a poco lo fue envolviendo el rival y tocando la puerta esperando una.
El León cometió otro error que muestra que no aprendió mucho del torneo pasado, le dio muchas oportunidades de balón parado en las afueras del área, que eran veneno puro por parte del Team.
Entre tiros de esquina y tiros libres en las afueras del área Herediano tenía ocasión tras ocasión, hasta que una de esas combinado con un error de Leonel Moreria, el Team se adelantó.
Elías Aguilar cobró un tiro libre desde la derecha en las afueras del área, el “Tepa” González pivoteó y le quedó a Allan Cruz en el área pequeña donde le ganó hasta en el salto a Osito, quien se vio mal.
Con el marcador abajo y una actitud defensiva, la Liga estaba obligado a salir y hacer algo más, pero el manejo tanto del balón como del juego era del rival, un chicharrón que no era jugando.
Sin duda que la espuela, el colmillo, la experiencia ha estado del lado florense a pesar que cuenta con muchos jugadores que no han estado en estas instancias, muestra que la diferencia ha estado en quienes manejan el barco y la manera que lo han hecho.
En el segundo tiempo vinieron los cambios, de lado y lado, pero eso no cambió mucho. La Liga seguía larguísimo del marco de Anthony Walker, quien en un partido tan caliente como una final, de tanta tensión, nunca buscaron probarlo, se la llevó tranquilo casi toda la mejenga, situación ideal para un meta en su posición, que juega su primera final.
Un par de remates de Canhoto y de Diego Campos, una vez que ingresó fue todo, pero quedaron despejados por la zaga, el meta ni siquiera se necesitó ensuciar los guantes.
En el complemento tampoco es que el Team estuvo muy cerca del segundo, la salida de Elías Aguilar y Andy Rojas lo hizo bajar un poco, pero, al menos, tenía la ventaja y durante esta segunda fase ha demostrado que en golpear primero y cuidar la renta se volvió un experto.
Al 92 llegó el 2-0, Marcel Hernández puso un centro al área pequeña donde llegó Allan Cruz para definir, de nuevo le ganó a Osito para el apague y vámonos.
Falta una mejenga, pero la sensación que queda es que como dice el calendario si esto no tiene un vuelco, especialmente en lo mental, el 30 vendría primero que el 31.