¿Cuál es este Herediano y qué pasó con el equipo de la primera fase que se metió de rebote en cuarto lugar?
Los florenses sacaron en la segunda ronda su mejor versión, la que es sólida, fuerte, que maneja los partidos y hasta golea como lo hizo 3-0 con el Saprissa.
El marcador de este domingo es una demostración y espaldarazo para la calidad y capacidad de un equipo que demuestra que sabe jugar de cualquier manera, que aprovecha las oportunidades y que anda con la confianza por los cielos, aunque a muchos les arda o lo desconozcan.
Saprissa por su lado, vino a la final a que le salieran todos los fantasmas del torneo, un equipo muy irregular que en la serie más importante del semestre se volvió a caer y salvo una remontada de aquellas épicas e históricas el próximo miércoles, el sueño del pentacampeonato parece esfumarse.
A los partidos los marcan detalles y venir a una final a jalarse dos penales como visitantes es un pecado capital, algo que no puede suceder, un horror de esos que en estas fases no se pueden permitir, eso hizo Saprissa.
Los fanáticos reclamarán las faltas, los jugadores tibaseños también, pero no hay nada que reprocharle al árbitro Benjamín Pineda al pitar dos acciones más que claras, en la primera se apoyó en el VAR, en la segunda mostró más seguridad.
Si cabe alguna queja sería para Deyver Vega, cómo su falta rompe un partido que hasta casi los 40 minutos no tenía opciones muy claras, el Team lucía más amarrado que en las semis ante la Liga, la cosa estaba muy cerrada.
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La imprudencia de Vega al atropellar a Emerson Bravo en el área es lo que cambió todo, hasta el momento no había tenido peso alguno en ofensiva y se le mencionó en el juego para señalar semejante torta.
Desde el punto de penal, Everardo Rubio definió con mucha frialdad, en estos cobros se ha vuelto un jugador muy seguro, con un estilo propio y un cobro al que Esteban Alvarado no le anduvo ni cerca.
Con el gol Herediano se animó, se vio mejor y al Monstruo por su parte la situación lo golpeó y se fue al medio tiempo perdiendo, el plan de aguantar atrás, de hacer un juego de control se le fue al traste por un despite.
Los hechos obligaron a José Giacone a cambiar al medio tiempo, a arriesgar un poco más para ir por el empate, metió a Gino Vivi y sacó a Eduardo Anderson, cambio netamente ofensivo.
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Desafortunadamente para los morados, a los diez minutos del segundo tiempo volvió a tropezar con la misma piedra, otro penal, tan claro como el anterior, David Guzmán botó a Elías Aguilar, cuando este entró por el sector izquierdo del área.
Rubio volvió a ganarle el duelo al meta, de nuevo lo engañó en el remate y duplicó la ventaja a los 55, en un escenario inmejorable como en la serie ante los manudos.
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Ya a este punto las broncas para la S no eran solo los goles en contra, sino que no generaba las jugadas para meter en peligro a un rival lleno de confianza y que con muchachos como Andy Rojas volvían locos a la defensa.
La que quedaba era la vieja confiable, empezar a tirar balones aéreos buscando las cabezas de Kendall Waston, Óscar Duarte o Ariel Rodríguez, porque no había imaginación para mucho más.
Más bien el 3-0 cayó en otra jugada en la que la zaga morada se vio muy mal, pues Tuti sacó una asistencia de lujo, un pase filtrado a Allan Cruz que quedó solo frente a Esteban y definió a placer.
Nadie podía creer que el volante nicoyano quedara tan solo, ni siquiera él y cuando Pineda confirmó que era gol, era una situación de incredulidad para muchos, el Team estaba goleando y dándole un repasón brutal al campeón. Fidel Escobar se vio fatal cuando salió tarde y lo habilitó.
De la forma que se han mostrado los florenses en esta fase, el próximo miércoles “debería” ser un trámite, tendría que vivir una debacle total para perder 4-0 y quedar fuera de la gran final, está más que claro que el tigre anda suelto y con mucha hambre.