La era de Miuguel Herrera en la Selección de Costa Rica arrancó con una dura derrota por 3-0 ante Estados Unidos, partido que más allá del resultado le puede abrir los ojos con qué cuenta a nivel nacional.
Con los arranques siempre hay que ser cuidadoso, no se puede ni tirar las cosas muy para arriba o muy para abajo, el Piojo tuvo cinco entrenamientos antes de este partido y de feria se estrenó con un plantel que está claro muchos no serán nombres habituales cuando ya su gestión empiece a tomar forma.
En un partido con jugadores exclusivos del medio local era prácticamente un casting, una oportunidad de mostrarse a los ojos del técnico, de levantar la mano y decir “véame profe, yo podría tener un campito para más adelante”, pero la realidad es que con muy pocos se va con esa sensación.
La Sele que jugó este miércoles ante los gringos era eso, un equipo por sí acaso se me lesiona un defensa, un volante o un delantero, sin que signifique que a los que no llamaron tienen la puerta cerrada.
En el rival la situación era igual, pura gente de la MLS, prácticamente todos de equipos diferentes, aunque, al menos, Mauricio Pochettino ya tenía tres partidos con los que algo pudo trabajar con varios de estos jugadores.
Esta mejenga sino se hubiese tratado del debut del Piojo hubiese volado sin duda bajo el radar, casi entre la instrascendencia porque tampoco se trató de un partidazo o algo para decir que se ve una idea.
Herrera no es un mago para lograr en cinco entrenanientos que un equipo se ponga a jugar exactamente a lo que quiere, se puede seguir un orden, hacer caso a movimientos específicos en el campo, pero no alcanza para mucho más.
A la Sele más bien le costó acomodarse, la primera media hora la sufrió, recibió un gol muy rápido en la que atrás nos vimos mal, vulnerables, en una jugada que nos movieron la bola y ni en la media o en zaga se apretó a la marca.
DeJuan Jones la acarreó desde media cancha, se la puso al 10 gringo, Diego Luna, quien filtró un gran pase para Brian White, quien se quitó con facilidad a Ryan Bolaños y definió sin problemas ante la salida de Esteban Alvarado.
Ojalá que el defensor y el meta del Saprissa le hayan visto bien la cara al anotador y no se les olviden sus movimientos, es ficha del Vancouver White Caps de la MLS, cuadro que se enfrentará al Saprissa en febrero en la Liga de Campeones de Concacaf para que con el Monstruo lo tengan más a mecate corto, ya están advertidos.
Sufrimos por un buen rato, el segundo no llegó porque en una a los 24 minutos, Esteban la rechazó de manera providencial al meter su pierna derecha y a los 26 tras un remate que el meta soltó, fue Santiago van der Putten el que apareció para cuidarle las espaldas.
Luna nos tenía bailados, el hombre movía la pecosa a placer, nadie se la podía quitar, ni siquiera porque tenía la nariz hecha leña y tapada para impedir que no le saliera la sangre luego de recibir un golpe apenas al minuto 17.
Costa Rica pareció reaccionar con un remate de Alejandro Bran que el meta Zack Steffen rechazó de buena manera, para mostrar que, al menos, estábamos vivos en el partido.
Para el segundo tiempo, el Piojo movió el banquillo con cuatro cambios en el entretiempo, entró Anthony Walker, Allan Cruz, Orlando Sinclair y Kevin Espinoza por Alvarado, van der Putten, Rashir Parkins y Josimar Méndez, quien ni se vio.
Lo más destacado fue una de Allan Cruz cuando entró al área por la izquierda, en una gran posesión, el remate fue al otro palo del arquero, pero Steffen hizo otro tapadón para evitar el empate.
El intento de reacción tica no fue muy efectiva y los gringos aprovecharon una muy mala salida y Alejandro Bran terminó regalando la bola en salida, le quedó al frente al área a Caden Clark quien de un bombazo fusiló a Walker a los 78 y el tercero de Patrick Agyemang a los 89 fue otro balón filtrado a las espaldas que terminó en un mano a mano que el gringo liquidó fácil al palo del arquero, en un tiro en que sin duda quedó debiendo.
Es un debut feo, el marcador también, pero que al Piojo le puede abrir los ojos en muchas cosas hacia el futuro.