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Costa Rica al fin cumplió los deberes, la mejenga de este martes ante Guatemala fue un clásico del fútbol tico, una vez más cuando está con el agua al cuello, cuando no tiene margen de error es cuando se pellizca y saca la casta como en el triunfo 3-0.
Las cosas salieron de tal manera que todo se nos acomodó hasta para terminar como el mejor primer lugar y en los cuartos de final de la Liga de Naciones enfrentar al cuarto de los preclasificados a esta ronda que sería Panamá para buscar un lugar en el Final Four de Concacaf. Este miércoles quedaría confirmado.
La Sele que se vio ante los chapines es lo que muchos exigen y piden de la Tricolor, porque más allá que los chapines no son un dechado de virtudes y hasta terminaron perdiendo su clasificación al cierre, lo que muchos estábamos atentos era ver cómo reaccionaba la Sele.
Este historia la hemos visto muchas veces, luego de un resultado terrible, usualmente en el Caribe, se levanta la mano y eso no es algo de Vivas, Lechuga Alfaro o Luis Fernando Suárez, es algo del jugador tico, cuando finalmente se pellizca.
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Hace un mes jugamos ante Guadalupe en el Nacional y aunque se ganó, el cómo dejó las dudas sobre tapete, lo que agradó de este martes más allá de marcador fue el cómo.
Claudio se mandó a la cancha con un once que a diferencia de otros días no le flaqueó por ningún lado, ni por los laterales con Haxzel Quirós y Francisco Calvo, el líder de la zaga que donde lo pongas cumple en un puesto que otros siendo naturales en esa posición les cuesta aún más.
Brandon Aguilera y Alejandro Bran hicieron una buena dupla en la media, el diez tricolor esta vez se ensució más el uniforme, se animó más a la marca y estuvo más activo.
Luego los extremos con Kenneth Vargas y Warren Madrigal generaron peligro para los dos delanteros, Manfred Ugalde y Alonso Martínez , a quienes al fin Vivas se animó a ponerlos juntos.
En el primer tiempo se hizo la tarea, se presionó, se apretó al rival y se sacó el resultado, en el segundo ya con un rival muy presionado para no quedarse afuera del torneo, Guate apretó un poco, pero más por la desesperación por el resultado y la Sele jugó con eso.
Por las bandas la Sele encontró la veta para meter peligro, por allí sufría mucho el rival y fue la vía para abrir el marcador a los ocho minutos.
Un jugadón colectivo entre Alonso Martínez, quien la bajó de gran calidad para servirla a Manfred Ugalde, quien entró al área por la banda derecha, la puso al centro donde entró solo a definir Warren Madrigal con un buen toquecito bajo el marco y hacer rugir el Estadio Nacional.
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A la gente le gustaba lo que veía, ni la tarima gigante detrás del marco norte afeó el ambiente, un detalle muy criticado previo a la mejenga que terminó más como una anécdota que otra cosa.
La nota sentimental la puso Kenneth Vargas quien cerró un contragolpe de manual para poner el 2-0 en una acción que el mismo Pep Guardiola se sentaría aplaudir por la rapidez y efectividad.
Haxzel Quirós pensó muy rápido, con borde externo mandó un buen pase con derecha filtrado a Alonso Martínez, quien corrió, por los menos, 30 metros y se la tiró a Kenneth Vargas para que quedara solo frente al marco y definiera de gran forma ante la salida del meta Nicolás Hagen.
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Huevito no pudo evitarlo, su paso por la Sele ha tenido altos y bajos, con el Lechuga Alfaro quedó de lado, casi sin jugar y en ese momento se le salieron las lágrimas, las emociones de todo lo vivido le ganaron mientras 20 mil personas en La Sabana le aplaudían.
Como lo cantamos, en el segundo tiempo Guate apretó, obligó a Patrick Sequeira a jalarse un par de paradones, pero lo mejor quedaría con el 3-0, un golazo que Francisco Calvo difícilmente olvidará.
El capi se jaló posiblemente el mejor gol de su carrera con la chilena que se mandó a los 71 minutos, un bola que centró Joel Campbell, rechazó la zaga chapina y sin dejarla que se ensucie se mandó de chilena para bañar al meta y matar a Guate, al que el plan de ganarnos quedó solo en lo de siempre, en ilusión.
