Celso Borges y Alexandre Guimaraes fueron los protagonistas de unas de las fotos más virales que dejó la final entre Alajuelense y Herediano en diciembre del año pasado y que reflejó el dolor manudo por una nueva derrota.
La imagen circuló en las redes sociales y les llegó a muchos, al ver a un padre consolando a su hijo, por lo que fue más allá de una imagen de un entrenador consolando a un futbolista, pues el sentimiento se sentía a flor de piel.
Curiosamente, fue de las pocas imágenes que lograron escapar al bullying o la chota del momento, pues muchas personas se pusieron en sus zapatos, ya que a ningún papá le gusta ver a su hijo sufrir.
“Eso fue... duro, en el momento, el entrenador, padre, era todo, era la misma persona, era el dolor que yo estaba sintiendo en ese momento, representó mucho, aunque él hizo eso con todos los jugadores, es parte de la labor, pero claro da la coincidencia que también es mi padre entonces siempre hay una connotación mucho más personal”, explicó Celso sobre la famosa foto.
Cuando en La Teja quisimos profundizar un poco más al respecto de esa imagen tan poderosa, el volante manudo nos dijo que hasta le costaba explicar lo que sintieron en ese momento, pues tiene claro que un papá está siempre, en los buenos y malos momentos, así se sea un niño o un hombre ya grande.
“Sí, sí, yo entiendo todo eso, lo que transmite, viendo la foto después uno piensa que cuando uno pasa por momentos malos en la vida, la que está siempre es la familia para animarlo, para apoyarlo. Yo estaba bastante dolido y es que a veces no sé ni cómo explicarlo, calificarlo, no es un momento bonito, pero es una muestra de qué ahí siempre está la familia, por eso tenía otra connotación”, explicó.
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Celso fue de los jugadores que se mostró más dolido tras perder el cetro y de los pocos que los aficionados de Alajuelense le reconocieron el pundonor y entrega que puso para intentar ganar.
A pesar de algunos halagos, Borges es claro que sigue con una deuda de ganar un título nacional con los manudos, algo que le ha costado desde que llegó al club hace tres años.
“He vivido un montón de cosas lindísimas acá, pero por supuesto que el título de campeón nacional es algo que me encantaría, por lo que tengo luchar duro por eso, que se me ha estado resistiendo, pero acá seguimos luchando hasta que se nos dé”, comentó.
Borges y Guima tratarán de que en mayo llegue la ansiada copa, máxime que al final del semestre vence el contrato del técnico y ciertamente, si no se consiguiera el título, su futuro sería incierto.