Cartaginés este domingo quedó con un gran desconsuelo, al perder 1-0 ante el Herediano en un partido que, si nos ponemos a hilar finito, no merecía perder, pero en el que al final lo que importa es un resultado que lo dejó con el corazón roto.
La amargura brumosa es grande, el líder del campeonato llegó a su casa y ofreció tal vez la versión más floja de todo el torneo, pero a pesar de todo eso siempre se salió con la suya con un tanto de Marcel Hernández, para que doliera más.
El cubano le anotó por primera vez a los brumosos con la camiseta florense, en la que fuera su casa por mucho tiempo. Cuando la afición blanquiazul vio que el isleño quedó en un mano a mano con un Kevin Briceño que estaba demasiado salido de su marco, sudó frío pues sabe que en ese posición el atacante es letal.
Y así fue, cuando Marcel vio que el meta brumoso salió a nada, le pasó la pecosa por arriba y marcó el único gol del partido a los 77 minutos, en la única jugada de peligro que tuvo, ni siquiera ver al cubano pidiendo disculpas a una afición, que aún lo quiere, servía de consuelo, porque con todo y todo, siempre fue gol, siempre los clavó.
Que Hernández se haya negado a celebrar el gol no cambia en anda que el daño ya estaba hecho y que no hubo vuelta de hoja a un proyecto que le ha costado caminar con Andrés Carevic.
Los florenses ofrecieron muchas muestras de cariño este domingo, sino que lo diga el beso que Getsel Montes dio muy cerca de la boca al brumoso Randall Cordero, que lejos de un gesto “amistoso”, fue la manera de callarlo por los reclamos que los locales le hacían por un empujón que le hizo a Marco Ureña, con quien tuvo un bravo pique todo el juego.
Ni las disculpas ni los besos iba a bajar la desazón brumosa, que además dejó pasar la oportunidad de meterse al cuarto lugar de la acumulada, que da el último boleto a la Copa Centroamericana.
Pintamos así la situación porque en términos generales quienes hicieron un poco más por el partido fueron los brumosos, aunque esto no significaba que llevaran muchísimo peligro al marco de Danny Carvajal.
El partido arrancó movido con un gol anulado a Allen Guevara en una clara posición prohibida, pero una buena llegada brumosa. Se jugaba con bastante intensidad en el bando azul.
El prometedor arranque se fue enfriando con los minutos y se jugaba muy lejos de las porterías, al punto que, aunque sorprenda, los florenses no hicieron un solo tiro a marco durante el primer tiempo.
Alexander Vargas tuvo que tomar decisiones, sacó a Steven Williams finalizando el primer tiempo para darle espacio a Sergio Rodríguez y al inicio del segundo tiempo fue cuando metió a Marcel por Alonso Hernández.
Decía mucho del partido que, lo que más daba de qué hablar en el segundo tiempo, era el beso de Montes, acción que para Henry Bejarano, analista arbitral de La Teja, era para expulsión, pues es una falta de respeto y una provocación a un rival.
Al final, al 77′, se da la jugada que lo definió todo, la cual nació de un balón lanzado a las espaldas con exquisitez por Yurguin Román, quien como florense está sacando su mejor juego, ha tenido un gran torneo el lateral.
Luego la pecosa cayó en los pies de Marcel y ya les contamos lo que pasó, el Team lo terminó ganando sin mucho fútbol, pero con mucha efectividad, jerarquía y hasta uno que otro juego para desesperar a un rival que de poco le consuela o sirve sentirse mejor, porque por eso no da puntos.