Hace cinco meses la vida de Carlos Mora, extremo de Alajuelense, dio un vuelco total cuando nació su hija Amanda Lucía, la princesa que hoy es la principal motivación de la figura rojinegra.
Desde que nació la niña, el jugador asume su carrera, vida y visión de otra manera. Al lado de su esposa Pamela Mora, tienen la gran responsabilidad de sacar adelante a su pequeña.
Para Morita también ha sido toda una inspiración en la cancha según reconoce, uno de los principales motivos por los que da todo su esfuerzo para sacar a su familia adelante.
“Ha sido algo muy importante en mi vida, gracias a Dios que me bendijo con esa preciosa, con mi hija y con mi esposa, que las amo con todo mi corazón. Es un tema de muchas responsabilidades ahora, he aprendido muchísimo y me siento muy feliz por eso. Espero seguir motivándome, ellas lo hacen al máximo y y darles alegrías a ellas que es lo merecen todo”, respondió a La Teja.
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Carlos reconoce que es lo que llamarían un papá moderno, de esos que se levanta a mitad de la noche a atender a la chiquita, la cambia, le alista el chupón y comparte todas las tareas con su esposa porque tiene claro que es una tarea de los dos.
Los únicos días que negociaron que ella sea la que encargue es previo a los partidos, pues el descanso es vital para un futbolista y enfrentar con toda la leche las mejengas como el clásico de este sábado ante el Saprissa.
“Cuando tengo partidos claramente no lo hago, porque tengo que descansar, pero cuando tengo un chance siempre le ayudo a mi esposa, porque bueno, ella está 24 horas con la bebé, es un trabajo duro para todas las mamás, entonces trato de tener un poco de empatía con ella, ayudarla, porque es una responsabilidad compartida y que ella descanse un poco, así nos hemos llevado”
“¿Un papá moderno entonces? Sí, sí, así dicen, lo veo como que ellas se esfuerzan mucho y uno tiene que tener esa empatía y más que es para alguien que amo con toda mi vida, entonces siempre voy a querer el bien para ella y ayudarle en todo”, agregó.
Desde entonces, la mayoría o todas las anotaciones del escazuceño van dedicadas a sus amadas, las cuales muestra con una seña de un corazón, como el conseguido el miércoles anterior ante Grecia. En el actual torneo lleva cuatro tantos y seis asistencias.
Conforme Amanda vaya creciendo Carlos se irá adaptando a sus nuevas responsabilidades, tal vez ya no le toquen biberones o pañales, sino serán otras tareas, pero lo que sí tiene claro es que tenerlas a ellas de su lado lo llenan de inspiración e ilusión en el terreno de juego.