Alajuelense y San Carlos aburrieron y castigaron a la retina de quienes los vieron este miércoles tras un 0-0 horrible que no es buen negocio para nadie y que solo contó con diez minutos buenos al final y nada más.
Es un hecho sabido por cualquiera en el fútbol nacional que difícilmente en el estadio Carlos Ugalde sea vea un buen partido, que llene el ojo del aficionado, que lo ponga al borde del asiento, eso en Ciudad Quesada no se ve.
Jugar pie a pie en esa alfombra es perder el tiempo, gastar pólvora en zopilotes, eso no se puede, pero entonces los equipos deben buscar alternativas, porque no todo es la cancha, se vuelve una excusa.
No se puede achacar a una mala cancha el que Jonathan Moya ni tocara bola en Alajuelense, que entró como titular y ni se le veía el pelo, en ofensiva la Liga hizo poco o nada. ¿Se acabaron los goles apenas en las primeras dos jornadas tras anotar nueve tantos e irse en cero en los últimos dos?
Ante Pérez Zeledón el domingo reconocíamos que a pesar que no se abrió el marcador, el León fabricó opciones, Bryan Segura se confirmó como la gran figura, una muralla que no hubo como tumbarla.
En San Carlos, Alexander Lezcano, arquero norteño apenas y se vio, se habrá mencionado apenas unas cuantas veces en la transmisión del partido y del uruguayo Washington Ortega mejor ni hablar, sabemos que estuvo ahí porque venía en la alineación.
De feria, Guima se la jugó dejando algunas figuras en Alajuela como Celso Borges, capitán y eje del equipo. Tampoco fueron Bryan Oviedo, Alexis Gamboa, Fernando Piñar y Manjrekar Jamés.
En el caso de los dos mundialistas no viajaron a San Carlos por dosificación de cargas, Gamboa tiene una infección bacteriana de amígdalas, Piñar sigue fuera por el permiso que tiene tras la muerte de su nova la semana pasada.
James fue reportado con una lesión muscular en un momento que se habla y se maneja su posible salida del equipo, ya sea a préstamo o que se le liquide su contrato.
Por su lado, Joel Campbell está en un proceso de reentrenamiento después de un tratamiento en su espalda y un tiempo de inactividad, mientras que Diego Campos se estrenó como capitán. Las variantes no le reaccionaron bien a Guima, al menos, en ofensiva.
En la previa del juego entrevistaron a Guillermo Villalobos en Tigo Sports y aseguró que el técnico les habló claro que deben ir por el liderato general; sin embargo, con el nivel mostrado este miércoles surgen dudas si les alcance, un versión tan ralita, limitada, porque no se trata solo de quererlo. Más en la Liga que de todo se desconfía.
Hablamos tanto de los aspectos alrededor del partido y no sobre la mejenga en sí porque hay poco que destacar, si esta fuese una crónica de minuto a minuto, de jugada a jugada, estaría en blanco, si acaso un par de jugadas.
Remates afuera del área lejos de los marcos, contragolpes malogrados por pésimas decisiones, por no animarse a algo más, o tiros libres que eran florcitas que acababan en la barrera o en las manos del portero.
En Tigo Sports estaban más entretenidos en contar anécdotas de Juan Luis Hernández Fuertes que les mandó un saludo durante la transmisión, que hablar de lo que pasaba en un partido muy trabado y sin alternativas, que parecía un ping pong con la bola de aquí para allá.
Un ejemplo se contragolpes malogrados se dio al cierre del primer tiempo, la Liga se llevó una bola que con rapidez mental y jugadores decididos podía terminar en gol, pero acabó en un remate afuera del área de Carlos Martínez a las manos de Lezcano cuando se le abrían dos compañeros por derecha.
De San Carlos, hay poco que decir, es una versión muy lejana a la mostrada en los últimos dos torneos en los que se metió a semis, un equipo que no gana ni de local ni visita, así difícilmente vaya a pelear por algo y cuidado y no se le va hasta el cupo a la Copa Centroamericana sino se pellizca.
El cierrre fue el mejor momento manudo, metió un cambio de marcha, todo lo que no hizo en ochenta minutos, lo buscó hacer en diez en los que tuvo una de Diego Campos clarísima que de manera deficiente mandó sobre el horinzotal y luego dos que tapó Lezcano, un remate potente afuera del área y otra a mano cambiada en el rebote.
¿Por qué se aguantaron hasta el cierre para tirar algo de emoción?