Alajuelense y Santos empataron 0-0 en un partido muy flojo en el estadio Ebal Rodríguez de Guápiles, que deja a los manudos en el tercer lugar del Clausura 2025, dando un paso atrás tras iniciar la fecha como segundos.
El León está invicto, en diez fechas nadie ha podido con él, eso es un hecho, pero que la mitad de esos partidos sean empates habla mucho del cómo es la Liga de este semestre, un equipo que aguanta atrás con solvencia, pero que le cuesta montones golpear.
¿Da el mismo sabor sostener un invicto de esa manera? Es su tercer empate 0-0 de la temporada, números que hablan por sí solos.
Lo que se vio en Guápiles fue muy poquito, muy corto para poder llenar el ojo, de ninguno de los dos bandos, fue legalmente de esos partidos en los que no había cara en que persignarse, muy poco por contar y destacar.
Los campos como los del Ebal Rodríguez, que no están a las mil maravillas, tampoco es que se presten mucho para desarrollar gran fútbol, aunque eso sea lo que sueña Wálter Centeno, pero fuera de eso, tampoco es que se hizo mucho por el espectáculo.
Las ocasiones en el juego fueron más por intentos personales esporádicos que por construcción de un gran fútbol en equipo, así llegó el primer gran aviso, en el que Jordan Smith probó qué tan atento estaba Washington Ortega en el marco erizo.
Iban apenas diez minutos cuando el defensor soltó un bombazo que fue sobre marco y obligó al arquero charrúa a volar y desviarla encima del horizontal. La situación con él es así, le llegan pocas veces por partido, pero cuando lo hacen siempre responde.
Santos intentaba moverla, pero sin la claridad que Paté desearía y por eso se le notaba la desesperación con sus gestos y gritos desde la banca, pero más allá de cumplir las expectativas estéticas de su técnico, estaba obligado a sumar para evitar que Santa Ana le recortara puntos en la lucha por el no descenso, es una perspectiva que no debería perder.
Conforme fue pasando el tiempo, la Liga se iba adueñando del balón, apostando a un juego por las bandas que tampoco salía, con llegadas de Canhoto o Diego Campos, pues por el centro Creichel Pérez se topaba un muro que no podía sortear.
De las pocas claras que quedaron en el primer tiempo, una fue para Creichel tras un buen servicio atrás que puso Carlos Martínez, pero el volante manudo la pegó muy desviada y la mandó sobre el arco.
En la reposición, Darryl Parker tuvo que pellizcarse para sacar un remate casi a quemarropa de Alberto Toril, quien dejó el juego al medio tiempo con un fuerte rasponazo en la rodilla izquierda y bien dominado por la zaga santista.
Ante la ausencia de acciones, la Liga apostó por dos cambios al medio tiempo, salieron el español y Pérez por Joel Campbell y Jeison Lucumí, a ver si acaso se conseguía más movilidad y tres puntos que le devolvieran el segundo puesto de la tabla, en posesión de Puntarenas FC.
La llegada de Joel algo ayudó, por la derecha entró en muchas oportunidades, pero nunca aparecía nadie al centro para poder liquidar. En el complemento el guion era claro, la Liga proponía, manejaba la pecosa y Santos aguantaba, el asunto es que tampoco sin sufrir mucho.
Lo hemos dicho otras veces, manejar un partido, monopolizar la pecosa, apostar por la posesión sin que eso se traduzca al menos en opciones claras, es como un boli de agua, no sabe a nada ni tiene ningún peso.
El problema era ese, no era una situación en la que uno dice: ‘Ya, ya cae el gol, ya se siente’, ni de cerca. El ingreso de Jonathan Moya a los 60 minutos tampoco hizo nada por cambiar las cosas, muestra que el problema no era de cantidad, de gente, sino de calidad de opciones.
Al final el 0-0 deja a la Liga con un sinsabor de que con este juego, la apuesta por el liderato no alcanza, tiene el Herediano a cuatro puntos y necesita mejorar mucho, pero mucho, para pensar en algo más.