Los equipos femeninos de Alajuelense y Pérez Zeledón tienen algo en común: terminaron invictos sus torneos.
La Liga fue campeona del torneo de Clausura con una marca de 16 partidos ganados y dos empatados. Mientras que las generaleñas disputaron 12 juegos en el torneo de Clausura de la Liga de Ascenso y en todos salieron con los tres puntos en la bolsa.
Ahora, leonas y guerreras se enfrentarán este viernes en el primer partido del torneo de Copa, un duelo que sin duda pinta bonito.
El mejengón será a las 7 de la noche en el estadio Alejandro Morera Soto y la entrenadora de las sureñas, Verónica Acuña, está muy ilusionada de enfrentarse a uno de los mejores clubes del país.
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“Esta oportunidad la tomo con mucho profesionalismo, me siento feliz y agradecida con Dios, porque sé que este 2022 será un bonito año, con un gran reto, y eso me hace trabajar extra para darle alegrías al cantón”, aseguró.
Desde el 3 de enero, el equipo empezó la preparación para jugar este torneo.
“Creo que nos hemos enfocado en que las muchachas hagan un trabajo de la mejor manera, que ellas sientan el roce de la primera división y que van a enfrentar a un gran equipo. Creo que estaremos en igualdad de condiciones con Alajuela, porque ningún equipo podrá usar a sus seleccionadas.
“Este torneo de Copa le permitirá a las jugadoras ver lo que se puede y no se puede hacer”, afirmó.
Un sueño
La entrenadora es licenciada en Administración de Empresas y trabaja con la institución generaleña desde el 2013, pero llegó a entrenar al primer equipo hasta el 2017.
Verónica tiene 29 años y en su juventud sumó minutos como portera, tanto en fútbol como en futsal, y asumió el reto de comandar al equipo pues en el cantón nadie quería dirigir al cuadro femenino.
“Dejé de lado mi sueño para ayudar a hacer realidad el sueño de otras chicas. Logramos que el equipo llegara a primera división y eso se logró con mucho trabajo y con el apoyo de la institución”, añadió.
La profe y sus jugadoras volvieron a las canchas en el segundo semestre del año pasado, luego de que en marzo del 2020 se suspendiera el torneo por la pandemia.
Sin embargo, no pasaron tiempo sin trabajar, porque de forma virtual lograron entrenar y ya cuando se autorizó el regreso al césped, la dirigencia sureña les dio una serie de herramientas para tratar a las jugadoras como si estuvieran en primera división.
“El plantel es muy joven, igual tenemos algunas jugadoras experimentadas y, desde el inicio, todas asumieron el compromiso para buscar el ascenso.
“Queríamos hacer historia y la institución nos ayudó con presupuesto y con cosas tan básicas como implementos deportivos, viáticos, concentraciones, viajamos en el bus del primer equipo, el apoyo de don Abel Salas (motivador deportivo) y qué mejor forma de agradecer que dando todo en la cancha”, afirmó.