A Federico "Pachi" Carrizo se le vio tranquilo y relajado este sábado mientras tocaba la pecosa en la Catedral, ya que este campo le cae como anillo al dedo a este jugador argentino, quien ya ha tenido contacto con el fútbol de Tiquicia en otras oportunidades.
El plantel de Rosario Central acaba de iniciar un nuevo proyecto a cargo del reconocido entrenador Edgardo "Patón" Bauza y el Pachi, como apodan al volante de 27 años, es uno de sus principales referentes y porta la cinta de capi.
Lo curioso es que el cuadro Canalla (apodo del club) realizó su primer partido de pretemporada ante un equipo rojinegro, los colores que utiliza el Newell's Old Boys, su archirrival futbolístico en la ciudad de Rosario.
"Salgo con un balance muy positivo, ya que pudimos jugar los 90 minutos. El ambiente que se vive acá con el fútbol es muy agradable y me llevo un lindo recuerdo. El rojinegro es nuestro clásico rival y cuando tenemos esos colores enfrente siempre les queremos ganar, nos encendemos el doble, así se trate de un amistoso", comentó al final de la mejenga contra la Liga.
A Carrizo Tiquicia lo para jalando, ya que visitó el país hace tres años cuando vino con el plantel de Boca Juniors para enfrentar al Saprissa en lo que se llamó la Copa de Gigantes, el 4 de julio del 2015, duelo que ganaron los xeneises 1-0.
En una entrevista que le condedió a La Teja, en el hotel que se hospeda el cuadro rosarino en Santa Ana, Pachi no recordó mucho del duelo ante los morados, ya que según él estuvo tres años con los bonaerenses y con tantos partidos de por medio es difícil acordarse de un amistoso.
"Mi paso por Boca fue una etapa muy linda, a lo último ya me habían dado ganas de irme por temas personales. Es un gran club en el que tienes que convivir con mucha presión, pero tenía ganas de cambiar de aires. Además, siempre fui consciente que en Argentina solo podía jugar en Boca o en Central (equipo con el que debutó en el 2010 y estuvo hasta el 2014)", explicó.
Chope fue el primer acercamiento
El nombre de Costa Rica se cruzó por primera vez en la carrera del jugador en el 2006 cuando estaba en las ligas menores del cuadro azul y amarillo y llegó Paulo Wanchope a integrarse al primer equipo.
"Yo me dedico al fútbol y no había un costarricense que fuera muy reconocido internacionalmente, por lo que con la llegada de Wanchope empecé a escuchar más sobre Costa Rica".
Además recuerda muy bien sus vacaciones en Tiquicia, hace tres años, gracias a una invitación de su amigo Ricardo Silva, exjugador argentino que vive en nuestro país y que junto a otro empresario che, Adrián Gau, trajeron a Rosario Central al país para estos amistosos contra la Liga y el Cartaginés, equipo al que enfrentará el domingo.
"La estamos pasando muy bien acá, muchos compañeros están sorprendidos de lo lindo del lugar, yo había venido acá por Ricky, a quien conozco desde hace mucho tiempo y hasta jugó con mi padre. Esa vez vine con mi mujer y la pasamos bárbaro, realmente fue muy lindo", explicó Pachi.
Silva es un exfutbolista argentino que llegó al país, gracias a Saprissa. Además jugó con Turrialba y Puntarenas, club con el que puso fin a su carrera. Él decidió quedarse en el país y hoy es un empresario que se gana la vida gracias al fútbol.
La relación de Pachi con Ricardo se da porque ambos son de pueblos muy cercanos en la provincia de Córdoba. Carrizo salió de Villa Giardino, un pequeño pueblo dedicado al turismo y Silva de Huerta Grande.
Como dato curioso, Carrizo es el primer futbolista de su pueblo que llegó a la primera división argentina cuando fue contratado por Rosario Central, algo que le genera mucho orgullo porque siempre se ha sentido como el representante de un lugar pequeño, que a pesar de las dificultades logró lo que muchos otros no hicieron.
"Yo me fui a probar como seis veces al club, primero me llevó un hombre que me decía: 'vení el mes que viene' y así sucesivamente por mucho tiempo, pero las últimas dos veces no fui con el mismo muchacho, sino con otro y logré después de mucho esfuerzo cumplir un sueño por el que siempre luché", destacó.
Al igual que muchos chicos que quieren llegar lejos, tuvo que salir de un pueblo de unas cinco mil personas a una ciudad como Rosario con casi un millón de habitantes, la tercera ciudad más poblada de Argentina, pero valió la pena, ya que Pachi es figura destacada en uno de los equipos más importantes en su país.