El destino le tenía programado a Damián Díaz aprovecharse de avión de papel para cruzar las fronteras y viajar a otro país.
Gracias a su capacidad para hacer y poner a volar avioncitos de papel, este joven voló en el 2015, pero en un avión de verdad a Salzburg, Austria para representar a Costa Rica en la final internacional del Red Bull Paper Wings, experiencia que volverá a repetir en mayo de este 2019 (aún no sabe las fechas).
A sí es, Díaz es dos veces campeón nacional del arte de volar aviones de papel y gracias a su talento irá a competir contra competidores de 64 países en la modalidad de distancia. Este año revalidó su título lanzando su avioncito a una distancia de 23,86 metros en la eliminatoria y 30 metros en la final, realizada en el Arenas Skate Park del centro de Chepe.
Gran aventura |
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Los ganadores internacionales de distancia, tiempo de vuelo y acrobacia en Austria, se ganarán un fin de semana exclusivo y con acceso total en resto de actividades del Campeonato del Mundo de Red Bull Air Race de 2019. |
Damián es vecino de San Rafael de Desamparados (dice que justo al centro, entre San Rafa Abajo y Arriba), tiene 26 años de edad y estudió Diseño de Producto en la Véritas, aunque actualmente bretea en un centro de llamadas (call center).
Fue justo ahí en la U donde inició esta aventura, pues ahí empezaron a promocionar el evento para que la gente se inscribiera.
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“Yo me di cuenta que podía volar aviones en la primera competencia que participé, al principio me pareció algo tonto que solo con un avión de papel se podría ir a Austria, pero me llamó la atención e investigué en Internet sobre cómo hacer aviones de papel capaces de volar mucho, pero los que hacía no volaban lo que esperaba, así que vi videos de la competencia y diseñé uno parecido”, contó este joven, quien ha afinado sus diseños e intercambia mensajes con algunos compas de otros países que también estarán en suelo austriaco.
Damián confiesa que tardó tres semanas poniéndole bonito para agarrarle el toque al mejor lanzamiento, así que pasó sus buenas horas cuando regresaba a su casa del trabajo para lograrlo.
El desamparadeño primero tuvo que superar una eliminatoria para acceder a la gran final que se llevó a cabo el 5 de abril de este año. Según él, lo jodió un poco que estaba acostumbrado a practicar los lanzamientos con unos techos muy altos y en las eliminatorias el techo era muy bajito, pero para su fortuna ya había diseñado un avión puras tejas y salió bien librado.
Incluso, Díaz anda en su bolso un libro en el que tiene diferentes diseños de aviones de papel, porque no es lo mismo diseñar uno para competir en distancia, que otro para hacer acrobacias o planear, pues cada uno tiene su ciencia.
“Esta vez fue mucho más difícil, pero tenía que confiar en la experiencia que tenía” , reconoció.
Como ocurre siempre, la alta competencia exige mucho entrenamiento y en este caso no es la excepción.
“Primero es tener un modelo adecuado para la categoría, para esta mía que es distancia, el avión tiene que ser pequeño y compacto, después hay que practicar, practicar y practicar el lanzamiento porque todo depende del lanzamiento y si usted tiene el modelo adecuado.
“Yo practiqué quince días antes de la competencia, tiré, tiré y tiré aviones porque hay que saber muy bien en qué momento soltar el avión y la forma de lanzarlo. Aunque parece que es como un juego, hay que hacerlo perfecto en todos los aspectos”, agregó.
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Damián recuerda que su época escolar solía hacer aviones de papel, pero que tampoco era muy fiebre para eso.
“Ahora sí estoy motivado, porque he ido a Austria, donde se conoce a muchísima gente de países diferentes. Esto es especial, algo que no podía imaginar y menos mediante unos aviones de papel. El ambiente de la competencia y todo lo que se vive allá es supercool, porque hay un hotel que es solamente para los que participan, entonces pasa uno rodeado de gente que hace lo mismo y de paso conoce sus culturas”, comentó emocionado el campeón nacional.
Incluso dice que se realiza una cena muy bonita en la que les toca ir con el traje típico de sus respectivos países.
“No me he enfocado en cómo hace cada campeón su avión, pero uno como que agarra mañas o una forma secreta de hacerlo con alguno de los competidores con los que más comparte. He estado tratando de mejorar el lanzamiento, necesito mejorarlo”, dijo Díaz.
Dice Damián que en sus familiares y amigos lo pasan vacilando al decirle que por “esa vagabundería” va a ir a pasear otra vez.
“Lo molestan a uno, pero todo bien”, señaló entre risas.
Damián lo toma con tranquilidad porque llevaba rato esperando la edición para ganar el boleto y volver al Viejo Continente, gracias a su avioncito de papel.