Laura Hernández es una tica que vive en Catar desde hace 4 años y medio, con su esposo Rafael Sánchez y su hijo Sebastián Tinoco. Ella nos confesó que pensar en el partido del próximo martes, el repechaje entre Costa Rica y Nueva Zelanda, le da dolor de estómago.
Hernández asegura que su familia está muy ilusionada por el hecho de tener cerquita a la Sele y ya tiene las entradas para la esperada mejenga.
“Es un gusto y un honor tener a la selección. Con solo pensar en que se pueda entonar el Himno Nacional, ponernos la camiseta, sacar la bandera... Son muchas emociones, porque uno extraña al país”, afirmó esta costarricense de 36 años.
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“El abuelo de mi esposo es Alex Sánchez, uno de los primeros jugadores de Saprissa. Nosotros aquí desayunamos, almorzamos y cenamos fútbol. Mis suegros, Rafael y María, llegan el sábado y vendrán amigos peruanos y de otras nacionalidades”, comentó.
Laura ya tiene lista la camisa y su llamada bandera mundialista para ir al estadio Ahmed Bin Ali, en donde será el encuentro a las 9 p.m. (12 p.m. hora tica).
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“Mi esposo fue a Brasil 2014, luego fuimos a Rusia 2018, hemos ido a partidos amistosos, por ejemplo, en el partido contra Escocia del 2018 solo éramos 4 ticos y nos firmaron una bandera que se llevó a Brasil y en Rusia quedó toda llena de cervezas.
“El partido queda 2-1, con goles de Campbell, creo que Joel este martes va a sorprender” comentó.
Fuerte calor
Hernández afirmó que el calor actualmente es infernal y en estos días las temperaturas han estado por encima de los 42 grados Celsius.
La oriunda de Sabana Sur comentó que no le ha costado adaptarse a la cultura catarí y, más bien, gracias a su convivencia en este país asiático cree que ahora es más educada.
“Yo aquí aprendí a vestirme un poco más conservadora, igual me pongo mis pantalones apretados, pero con prudencia, por respeto. Acá la mujer, entre más religiosa sea, más cubierta se viste.
“Aprendí rápido a seguir las reglas en cuanto a vestimenta, acá el calor es extremo, pero por respeto al país me visto discretamente, no puedo enseñar los pechos, uno procura usar faldas por debajo de la rodilla”, comentó.
En cuanto a la comida, Laura explicó que una muchacha de Filipinas le ayuda con las tareas de la casa y ella le enseñó a hacer comida tica y peruana.
“Soy mitad tica (por el papá), mitad peruana (por la mamá), y cuando mi mamá Yasmín ha estado acá, le ha enseñado cómo se preparan los distintos platillos. Acá tengo salsa Lizano y lo que necesitamos hasta para comernos un pollo en salsa” relató.
Laura es estilista y allá tiene un salón de belleza, en donde atiende a clientes de 39 nacionalidades.
“Mi salón se llama Lau Makeover, lo tengo en mi casa y puedo acomodar mi horario con el de mi esposo. No trabajo con locales, porque mi esposo e hijo pueden andar libres por la casa y si hay clientas de Catar acá no las pueden ver descubiertas.
“Soy trabajólica y cuando llegó la pandemia, en el 2020, tuve que cerrar el salón por un tiempo y lancé mi línea de productos para el cabello y cuidado del rostro en Costa Rica, que pueden encontrar en redes sociales. Se llama Lau Skin and Hair Perfection. Para lograr salir con todo, acá me despierto a las 10 a.m. y me voy acostando a eso de las 2 a.m. del siguiente día”, expresó.
Bolados
Laura remarcó que las reglas allá son cosa seria.
“En este país hay reglas que, si se incumplen, no se puede vivir aquí, ellos te penalizan cuando se incumplen reglas, la gente aprende a comportarse”.
La tica le recordó a los viajeros que sepan que no pueden andar borracho en la calle o con poca ropa y que a los cataríes no les gusta los escándalos. También contó que la semana laboral y de estudio allá va de domingo a jueves, por lo que no deben extrañarse si ven a muchachos yendo a clases el domingo, ya que allá ese no es día de descanso, son los viernes y sábados.
“Espero que a nadie se le ocurre robarle un cinco a nadie, porque puede ser penado con deportación y la amputación de las manos. Un día fuimos al supermercado y dejé la billetera en la bandeja de los tomates y cuando me devolví ahí estaba, nadie toca lo que no es de uno”, dijo.
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Sobre el ambiente para el Mundial, Laura recalcó que la gente de Oriente Medio no sabe con quiénes se metieron, porque cree que será inevitable que los latinos monten la fiesta.
“Los latinos somos otra cosa cuando vivimos un partido de fútbol, ni los europeos son tan fiebres como nosotros para los partidos de fútbol, creo que si un equipo latino gana, la gente querrá celebrarlo.
“Estoy muy feliz de saber que más de dos mil ticos vendrán a Catar para el partido desde el otro lado del mundo y, si lloré en el Mundial de Rusia, este martes también se me saldrán algunas lagrimitas”, manifestó.